Hermanitos del fin del mundo

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Concebida en gran parte para aprovechar el éxito televisivo de la pareja protagónica, los animadores, actores y cantantes Topa y Muni, Hermanitos del fin del mundo es un aceptable producto destinado al público infantil. Diego Topa conduce el segmento de Disney en cable para chicos entre tres y seis años desde que apareció en la grilla como Playhouse Disney (hoy Disney Junior) y hace un tiempo que lo acompaña en esa tarea Mariana Seligmann (Muni). Un rol en apariencia sencillo que ambos desarrollan con buen humor, carisma y talento, elementos que trasladan ahora al formato cinematográfico a través de una trama que aúna solidaridad, música y bellos paisajes del sur de nuestro país. La historia involucra a niños desamparados a punto de ser desalojados de su hogar en el marco de la ciudad de Ushuaia, a los que tratan de proteger los protagonistas, aquí Pato y Pirucha, inseguro maestro de música y muy graciosa cocinera, respectivamente. Habrá un grupo musical para preadolescentes incluido en la historia, una típica villana a cargo de Norma Pons que remite a Cruella de Vil y otros roles bien cubiertos por Fabio Aste y Mimí Ardú. Un final emotivo y un par de buenas canciones completan un menú apropiado para niños menores de ocho años en etapa de receso escolar.