Heidi

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

“Heidi”, exactamente como la imaginó su creadora

Primera advertencia: falta el perro Niebla. Lo cual resulta lógico, porque esta nueva versión de "Heidi" se basa real y respetuosamente en la novela de Johanna Spyri, que se ambienta en el cantón de Graubünden, vulgo Los Grisones, donde no hay San Bernardos, ni cantantes tiroleses, ni grandulones de pantalón corto con tiradores. La novela transcurre a fines del Siglo XIX, y lo que hay es miseria, trabajo duro y gente bruta. El paisaje es lindo pero nadie lo mira. Salvo Heidi, que es naturalmente alegre y cariñosa, llena de energía, curiosidad, e inocencia.

Como ya sabemos, tales virtudes ablandarán el corazón del abuelo ermitaño, y hasta contribuirán en la curación de una niña rica con tristeza. La vieja y tierna historia se cuenta aquí en detalle. Vemos montañas llenas de luz en contraste con los colores apagados de la ciudad, y del pueblo vecino, personajes sólidos, cada cual con su parte buena y su parte mala, situaciones básicas de fuerza emblemática, y, sobre todo, una nena de 10 años con pelo enrulado, tal como la imaginó Spyri. Hay lugar para la sonrisa, la pequeña emoción, y también para la inesperada comparación: ¡pobres los niños de antes, con los métodos de lectura que usaban los maestros! (y qué cierto sigue siendo lo que dice, al respecto, la abuela de Clara).

Otro plus: el encanto que transmite la nena Anuk Steffen, y todo lo que expresan los ojos de Bruno Ganz en su papel de abuelo. Es el segundo abuelo bueno que compone, el anterior era el de "Vitus". Suizos todos: la nena, Bruno Ganz, la adaptadora Petra Biondina Volpe, el director Alain Gsponer, los Alpes. Y si no se filmó exactamente en Maienfeld, el pueblo que dice la novela, fue por una sencilla razón: desde hace décadas, ese lugar está plagado de turistas japoneses.

Para interesados: entre las muchas versiones de "Heidi" que se han hecho, cabe señalar las de Allan Dwan con Shirley Temple, 1937, Luigi Comencini con Elsbeth Sigmund, 1952 (primera versión suiza) y, por supuesto, la serie de Isao Takahata, 1974, un creador también memorable por "La tumba de las luciérnagas" y "El cuento de la princesa Kaguya". Como rarezas, una miniserie brasileña de 1956, una versión libre hindú de 1958, y el inefable "Heidi 4 Paws", de Holly Goldberg Sloan, 2009, enteramente interpretada ¡por perros! (pero falta Niebla).

En cambio, "A Gift for Heidi", 1958, donde dos turistas son víctimas de una avalancha y la nena pide ayuda a una base militar norteamericana, y "The New Adventures of Heidi", 1978, donde la nena pasa sus vacaciones en Nueva York, esas son películas para llevar a Tribunales.