Hasta que la muerte los juntó

Crítica de Gaspar Zimerman - Clarín

Una familia psicoanalizada

Hasta que la muerte los juntó -el título original es This is where I leave you, algo así como "Aquí los dejo"- se inscribe dentro de ese subgénero que podría denominarse "Familias que se reúnen por algún motivo -en general, funeral o casamiento- después de mucho tiempo sin verse".

En general, este subgénero coincide con otro: "Regreso al pueblo de la infancia". En este caso, la excusa de la reunión de los Altman es la muerte del padre. La viuda y sus cuatro hijos con sus respectivas parejas convivirán durante una semana en la casa paterna intentando observar el Shivá, el período de duelo que establece el judaísmo para los grados de parentesco más cercanos.

Durante esos siete días, los deudos se reúnen en un mismo hogar y reciben visitas.Lo que irrita de esta comedia de Shawn Levy -director de las tres entregas de Una noche en el museo- es que los personajes son profundamente autoconscientes. Es decir: hablan todo el tiempo como si estuvieran observando la historia desde afuera.

Como si se hubieran sometido a décadas de psicoanálisis, cada uno conoce el rol que ocupa en la vida y en la familia -están el descarriado hijo menor, el responsable hijo mayor, etcétera- y lo expresan en voz alta. Acá no hay secretos: todos saben todo. Se suceden diálogos clarividentes, llenos de "verdades", que buscan tanto causar gracia como conmover.

Y no consiguen ninguno de los dos objetivos.