Hasta que la muerte los juntó

Crítica de Ana Manson - Toma 5

Los hermanos sean unidos

“La comedia es tragedia más tiempo” decía Alan Alda en un recordado monólogo de “Crímenes y Pecados” (Woddy Allen, 1989). Ese tiempo se puede traducir también como distancia, y esa distancia es la que nos permite reirnos de las desgracias ajenas en el maravilloso género de las comedias dramáticas. En este caso, de la familia Altman, un circo de locos lindos que debe atravesar el duelo por la muerte del patriarca conviviendo durante una semana.

Sin dudas éste es uno de los géneros más difíciles de llevar, y por eso no sorprende que sea uno de los que menos exponentes nos regala por año. Esta vez es el turno de Shawn Levy y elenco, quienes se lucen en dirección y actuación respectivamente, pero carecen de lo fundamental para que una película de este tipo pase a ser memorable, y logre apenas ser rescatable: un buen guión. Durante escenas enteras, la sensación de estar viendo la misma historia con los mismos personajes que ya vimos varias veces antes, no ayuda a mejorar el hecho de que la comedia no divierta y el drama no conmueva.

Hacia la mitad de la cinta, podemos empezar a sentir más empatía hacia los protagonistas de esta historia, en principio tan patéticos y caricaturizados que cuesta asimilarlos. No obstante, los actores aportan su gran talento y carisma para salvar este hecho, principalmente Tina Fey que se luce en los matices dramáticos de su rol. Pero en general, las situaciones ridículas y presuntamente divertidas se suceden sin gracia (en el amplio sentido de la palabra) hasta que llegamos a familiarizarnos con los personajes lo suficiente como para perdonarles los exabruptos y otorgarles cierta indulgencia en general porque al fin la historia parece encaminada hacia algún lado.

Los ambientes mejor logrados son aquellos acompañados por la hermosa banda sonora, que casi logra generar esos clips que amamos ver en las secuencias más melancólicas de un film. Sin embargo, éste no alcanza a suscitar el sentimiento buscado y a duras penas acierta a transmitir el mensaje cursi y por demás obvio para el público target de una película de estas características. Si bien no será un título que pase a los anales de la historia del cine, se dejar ver y entretiene, e incluso por momentos enternece.