Hasta el último hombre

Crítica de Vanesa Fognani - Notinac

Mel Gibson todo lo puede: Mel Gibson se merecería ganar el Oscar indudablemente, su última película Hasta el último hombre es una película bélica en donde conviven de manera épica el estigma sangriento del género de guerra y el romanticismo del melodrama. Gibson, quien es un chiflado ante la cámara – Apocalypto es una de las mejores películas que he visto en mi vida- se anima a explorar y a jugar con los géneros cinematográficos e ir al extremo en sus experiencias. Basada en la historia verídica de Desmond Doss, un joven con profunda fe en dios quien se alista en el ejército para colaborar como objetor de conciencia durante la Segunda Guerra Mundial, la nueva película de Gibson cuenta el cuento de manera nostálgica. Andrew Garfield -El hombre araña, Red Social- es Desmond Doss, un muchacho bueno, pero bueno de verdad, que es sentimental y se mete en la milicia para poder colaborar como médico. Su sonrisa, incluso en momentos desalentadores, produce empatía desde el minuto uno. Desmond nunca pierde la fe y nosotros nunca perdemos la fe en él.

Con su tono de voz tenue, pero su valentía intacta, se banca como un duque las burlas y la violencia de sus compañeros que desafían la fidelidad a sus ideales. Desmond es un anti-héroe y Gibson se la juega y lo muestra de manera atípica, la película es clásica pero también se permite meter el gore y hacer que las escenas de batallas sean absolutamente crueles. La idea de Gibson de transformar el género – Tarantino ya lo había propuesto en Bastardos Sin Gloria- y de meterle su locura como director (ojala hubiese más Gibson en el cine maintream que se la jueguen) permite que la película trascienda. No es una película más de guerra, es LA película bélica de Gibson. Se merecería el Oscar, sin duda, verlo a Mel Gibson recibiendo el galardón sería una alegría para los que lo seguimos desde Mad Max. Desde ya desde aquí les damos un aventón para que vayan a verla antes del domingo.