Han Solo: una historia de Star Wars

Crítica de Alexis Puig - Infobae

El segundo spin-off de Star Wars expande el Universo y resulta una agradable sorpresa

Han Solo, el personaje interpretado por el mítico Harrison Ford, es uno de los más queridos y carismáticos del universo creado por George Lucas. Por eso, la idea de un filme sin el actor clásico que le dio vida en 4 largometrajes parecía una apuesta arriesgada. Sin embargo, Han Solo: una historia de Star Wars es una sólida película de aventuras que se nutre de la estética setentosa y retro de la saga original y que al igual que Rogue One se coloca un escalón por encima de los nuevos episodios de la serie.

El filme presenta los orígenes de Han; su encuentro con su compañero de ruta Chewbacca; su primer cara a cara con Lando Calrissian; cómo se convirtió en piloto; y cómo consiguió el Halcón Milenario. Muchas de las acciones y anécdotas que se mencionaron en los episodios clásicos aquí toman cuerpo de manera natural y con muchos guiños para los fans y eruditos de la saga. De todas maneras, no es una película que deje afuera a los neófitos, por el contrario, la acción, el humor, los personajes y el romance, la hacen una historia inclusiva muy disfrutable.

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Alden Ehrenreich, en la piel de Solo logra un gran trabajo, no se limita a una imitación de Ford, por el contrario, si bien hay gestos y formas de moverse que reconocemos inmediatamente, el intérprete compone con personalidad a este "bandido irresistible". El elenco que lo acompaña no puede ser más sólido: Woody Harrelson (cada vez actúa mejor) como su mentor; Emilia Clarke (sensual y misteriosa); y sobre todo Donald Glover en el papel de Lando, el más atractivo de los personajes y quien se roba alguno de los mejores momentos.

Ron Howard, un director de la vieja escuela, recrea una estética de western "a lo Sergio Leone" para algunas de las escenas de acción, momentos que incluyen un espectacular "robo a un tren" que mantendrá al espectador al borde de la butaca.

La fotografía en tonos terracota y marrones, más el grano de la película y la sordidez de los escenarios redondean una dirección de arte de calidad, lejos de los artificios de los decorados digitales tan de moda en el género.

Hay una secuencia muy lograda, en las trincheras en medio de un combate cuerpo a cuerpo, que parece extraída de un filme bélico, pero se extrañan algunas batallas espaciales y un poco más de información sobre el Imperio.

Más allá de los detalles y de la inclusión de algún personaje de manera forzada, el filme es entretenido y respetuoso de los mitos Star Wars. Una historia de iniciación que augura una nueva saga paralela. Sí, Han hay uno solo… y en esta película está su espíritu.