Hambre de poder

Crítica de Marianela Santillán - Proyector Fantasma

Firmeza y perseverancia
The Founder, que en la traducción local recibió el título Hambre de Poder, presenta la historia de Ray Kroc, un muy ambicioso y persistente vendedor, interpretado magistralmente por Michael Keaton. Kroc es un hombre de mediana edad que constantemente busca hacer negocios en el rubro de ventas, sin embargo, esos negocios le causan más dolores de cabeza que prosperidad, y él, aún sigue buscando su golpe de suerte.

Un buen día, Kroc -que en ese momento se halla vendiendo máquinas para hacer malteadas y batidos- recibe un curioso pedido desde el sur de California. Dick y Mac McDonald le ordenan varias de estas máquinas, y él, acostumbrado al fracaso, duda del pedido por lo que decide dirigirse a San Bernardino, el lugar en cuestión, para ver de que se trata el negocio que los hermanos manejan. Al llegar allí, Ray rápidamente se asombra al ver gran clientela haciendo fila en el pequeño puesto de McDonald’s, por lo que decide probar las -aún no famosas- hamburguesas. No sólo queda fascinado por el sabor, sino por la velocidad en la entrega del pedido, por esos mínimos 30 segundos de distancia entre compra y recepción de su almuerzo, por lo que luego los hermanos McDonald, con todas sus buenas intenciones, lo invitan a conocer el interior del local, y le explican el sistema de producción que manejan.

Kroc ve en este negocio algo único y si bien no sabe cómo, quiere y debe ser parte de él. Poco a poco convence a los dueños y comienzan a generar franquicias, aclarando que Dick y Mac se ocuparán sólo de su local, pero supervisarán la calidad de alimentos, el tiempo de cocción y el menú de cada franquicia; mientras que Ray se encarga de conseguir financistas para su más ambicioso proyecto.

De esta forma, Hambre de poder se presenta como un simple racconto del crecimiento de una empresa y su cambio hasta transformarse en un imperio multimillonario. Pero si vamos más allá, la segunda mitad de la película da un giro y muestra sobre todo el cambio de posición de Ray Kroc, quien inicialmente se presentaba como un insistente pero conciliador socio, hasta que paulatinamente, va virando y se transforma en un ser sin escrúpulos.

John Lee Hancock construye un relato sólido y atrapante, por un lado sobre el nacimento de una de las empresas más rentables y famosas del mundo, y por otro, sobre el éxito basado en la insistencia de Kroc, con todo lo bueno y lo malo que eso trae consigo. En cuanto a las actuaciones, Michael Keaton realiza una de las mejores performances de su vida, y está correctamente acompañado por Laura Dern y Linda Cardellini.

El mensaje final de Hambre de Poder es bastante desalentador, pero no por eso menos realista: perservera y triunfarás, sin importar cuantos sueños o personas haya que arrastrar. Así Hancock se corre de la historia de los Arcos Dorados, para de alguna forma hacer una crítica a la sociedad de consumo y al sistema capitalista que la genera y que día a día aumenta.