Halloween

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Odio el slasher. Es raro que me acerque a una película del género, ya que lo considero limitado y repetitivo: asesinos inmortales, tipos con mascaras y cuchillos, mujeres desnudas corriendo y gritando… La cosa va mas por el asesinato truculento que por el suspenso, y sólo algún que otro slasher me ha caído bien, como el caso del Halloween original de John Carpenter, todo un clásico en su género. Pero de ver las secuelas, ni loco, porque es un regurgitado serial sin interés. Quizás la versión de Rob Zombie (y su secuela) me llamó la atención, pero sigue sin enamorarme. Pero ahora, en el 2018, un fan del Halloween original ha juntado fuerzas con John Carpenter (como asesor y músico) y Jamie Lee Curtis, la final girl que inauguró el género. Y está Danny McBride como guionista; sí, el mismo bromista guarro de The End, que acá demuestra tener pasta de sobra para el cine de terror. Porque el libreto que pergueña – una continuación directa del filme de 1978, salteándose todas las horribles secuelas y reboots – es un digno sucesor del clásico de Carpenter: uno que medita sobre la naturaleza del mal, que habla de las victimas desesperadas, que crea suspenso y que no ahorra en gore.

Si hay algo que me atrajo para ver esta nueva iteración de Halloween, es Jamie Lee Curtis (sexy sin importar la edad, gran actriz, exquisita comediante), la cual ha pasado de ser víctima a convertirse en Sarah Connor (versión Terminator 2): un angel vengador, brutal, armado hasta los dientes y aguardando paciente que el demonio vuelva a tocar su puerta. Claro, las cosas no han sido nada fácil para Laurie Strode en las últimas cuatro décadas: se han entrenado en todas las artes marciales posibles, posee un arsenal en su casa y a su joven hija Karen (Judy Greer) la ha adiestrado en el manejo de armas de fuego. Claro, semejante locura ha tenido un costo y Laurie ha perdido la custodia de Karen por considerarla chiflada, aunque en los tiempos actuales tiene una buena relación con su nieta Allyson (Andi Matichak). Ahora todas las alarmas están prendidas porque Michael – que atraparon en 1978 y estuvo encerrado todo este tiempo en un manicomio – va a ser trasladado a otra institución mental. Tanto Laurie como el sheriff Hawkins (Will Patton) (quien participó en el arresto original de Myers) están alerta… pero las cosas se van al diablo cuando Micky hace bardo en el autobús que lo transporta, liquidando a la mitad de los pasajeros y escapándose, listo para ir tras Laurie… justo en Noche de Brujas (maldita Ley de Murphy). Como diría el chafado siquiatra de Michael, existe una simbiosis entre cazador y presa donde ahora las tablas están por darse vuelta. ¿Quién es quién y quien caza a quien?.

Honestamente Michael Myers sigue haciendo mas de lo mismo. El director David Gordon Green (que ha dirigido TV, el drama Stronger y la sátira política Experta en Crisis) calca el estilo de Carpenter a la perfección, y hay un par de asesinatos orquestados de manera notable. Pero acá el plato fuerte es la Curtis, con los pelos blancos desgreñados, curtida, pasada de rosca y apertrechada por donde se la mire. Cuando se entera de que Michael ha escapado, el director Gordon Green nos da una muestra de su casa… que es una fortaleza como para resistir un apocalipsis zombie. Y cuando el asesino serial llega a la casa de Laurie, se da una de las batallas mas épicas y satisfactorias del género del horror. Porque esta Lauri Strode no se queda atrás, va de igual a igual con el asesino de la máscara y la hija, aunque parezca una pavota y renegada de su madre, pronto saca a luz toda la furia y el entrenamiento que la Curtis le dio en la adolescencia. Si el filme anda bien, prolijo, satisfactorio en los dos primeros actos, es el clímax el que reluce y te saca una sonrisa en el rostro. En un momento Michael vence a Laurie y la tira por la ventana y, cuando va a verla, ya no está mas. La victima se ha vuelto una asesina serial con los mismos trucos (y la misma inmortalidad… o fuerza superior) que su depredador.

Halloween es una excelente secuela, y creo que es la mejor de toda la serie en 40 años en existencia. Michael Myers es una fuerza de la naturaleza pero Jamie Lee Curtis asusta mucho mas, y en realidad uno ve el filme por ella, una victima empoderada convertida en un desquiciado ángel vengador que tiene la ocasión de demostrar que estaba en lo cierto y que estas cuatro décadas de espera no fueron en vano. Un duelo formidable que vale la pena ver y disfrutar.