Había una vez... en Hollywood

Crítica de Alina Spicoli - Estrelladas TV

La fugacidad del éxito

Había una vez en… Hollywood (Once Upon a Time in… Hollywood, 2019) es una comedia dramática que constituye la novena película dentro de la filmografía de Quentin Tarantino. Coproducida entre Estados Unidos y Reino Unido, la cinta está protagonizada por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. Completan el reparto Margot Robbie (Yo Soy Tonya), Al Pacino, Austin Butler, Margaret Qualley (Novitiate), Rafal Zawierucha, Damon Herriman, Dakota Fanning (Now is Good), Maya Hawke (Stranger Things), Julia Butters, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Mike Moh, entre otros.

Los Ángeles, febrero de 1969. Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), actor de series de televisión y películas de vaqueros, siente que su carrera decayó completamente al juntarse con el agente de casting Marvin Schwarz (Al Pacino) y recibir la recomendación de interpretar nuevos roles dentro de producciones italianas western. Vecino de Sharon Tate (Margot Robbie) y del prestigioso director Roman Polanski (Rafal Zawierucha), Rick le contará sus preocupaciones más personales a su mejor amigo Cliff Booth (Brad Pitt), el cual aparte de ser su doble de acción en el trabajo también se encarga de las peticiones del artista. A su vez, Cliff se vinculará con Pussycat (Margaret Qualley), una joven hippie que lo llevará a conocer el rancho Spahn, lugar donde vive con las demás personas que comparten ese estilo de vida.

El noveno filme dirigido y escrito por Tarantino funciona como una carta de amor a la manera de hacer cine en la década del 60. El vestuario, los autos, el set de rodaje y los planos de carretera estéticamente lucen espectaculares, generando una nostalgia genuina al darnos cuenta que películas de este estilo ya no se realizan en la actualidad. Con Había una vez en… Hollywood el espectador se convierte en testigo del detrás de escenas, en especial porque la cinta cuenta con un montón de secuencias de Rick Dalton en diversas series de tv y filmes de cowboys. Como una película dentro de otra película, los más cinéfilos disfrutarán al ver cómo Dalton se transforma en su respectivo personaje, otorga a sus líneas de diálogo toda la emoción posible, improvisa o incluso se olvida lo que tenía que decir.

Tarantino se toma su tiempo para presentar a sus dos protagonistas, los cuales comparten una camaradería increíble en pantalla. Mientras que el Cliff de Brad Pitt deja un halo de misterio durante todo el metraje con respecto a sus años pasados, el Rick de DiCaprio consigue generar mayor empatía gracias a que sabemos exactamente lo que siente: una inutilidad que se acrecienta cada vez más al estar encasillado en el rol de villano y no tener oportunidades laborales de más renombre. Las escenas en las que Rick habla consigo mismo alentándose para dar una buena interpretación resultan las mejores del filme, así como también los momentos que Rick comparte con una niña actriz.

Llenísima de referencias culturales, la película puede tornarse relativamente extensa ya que no tiene un conflicto definido. Más que una trama con comienzo, problema y desenlace Había una vez en… Hollywood es una recopilación de situaciones que homenajean a Los Ángeles. Por lo que si vas a ver este filme esperando que se profundice sobre el asesinato de Sharon Tate vas a salir muy decepcionado. No solo los hechos verídicos no se muestran como sucedieron sino que nunca llegamos a conocer bien quién era esta actriz. A Margot Robbie el guión no la ayuda ni un poco ya que sus escenas se limitan a mostrarla bailando, invitando a amigos a su casa o yendo al cine a verse a ella misma en la pantalla grande. Nunca se nos da la chance de conocer qué es lo que piensa o si está contenta con su matrimonio.

En conclusión, Había una vez en… Hollywood cuenta con buenísimas actuaciones protagónicas, una fotografía deslumbrante y un diseño de producción glorioso. Los fanáticos de Tarantino sabrán apreciarla más, sin embargo los que no están tan familiarizados con el tipo de cine que realiza este director se encontrarán con un filme que carece de un hilo conductor. Con escenas de suspenso bien construidas pero que no llevan a nada, el desenlace será amado por algunos como odiado por muchos otros.