Habemus Papa

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Medidas desesperadas

Tenía mucha expectativa de la llegada de "Habemus Papam" a la Argentina. Todos conocemos a Nanni Moretti ("La stanza del figlio" y "Il caimano", los que más me gustaron) y su ironía y habilidad para retratar algunas cuestiones sociales, familiares y juveniles. Su estilo roza el sarcasmo en gran parte de su obra y la impresión que tiene el espectador es fresca, intensa y satisfactoria al acceder a su filmografía. Aquí veremos una película divertida y ácida acerca de un hombre (bue, no "cualquier" hombre, sino un alto funcionario de la Casa) ungido Papa, a quien la responsabilidad lo desborda de tal manera que pondrá en jaque el destino del Vaticano con una particular huída. Film, debemos decir, que no cuestiona los dogmas de la Iglesia, sino que explora cómo ciertos grupos e instituciones en crisis resuelven cuestiones delicadas referentes a su funcionamiento.

Moretti arranca con los funerales del anterior Papa (buenas imágenes de archivo para esto) y atrae desde lo visual por su bella fotografía de la situación. Este será uno de los puntos fuertes del film, el trabajo de reconstrucción de los pasillos del Vaticano es excelente y nos sumerge de lleno en la historia. Hay que elegir sucesor y parece que nadie tiene muchas ganas de convertirse en la máxima figura de la Iglesia Católica. Luego de las consabidas ruedas de elecciones, (muy bien recreadas) surge el nombre del sucesor: el cardenal Melville (Michel Piccoli). El problema es que, a poco de ser electo, el nuevo Pontífice sufre un ataque de pánico justo antes de dirigirse a la multitud que espera en la plaza, por lo que el conciábulo de asesores decide traer a un psicoanalista para que ayude al Papa a superar sus dificultades. Claro, el hombre que llega es el mismo Moretti, en la piel del hombre que estudia la mente humana, encargado de traer equilibro a la delicada situación.

Pero claro, en esa vuelta, Melville es llevado a ver a otro profesional, fuera del Vaticano y luego de una buena y cálida sesión de terapia, decide burlar la seguridad y escaparse, a caminar un rato y a reflexionar sobre la vida...

De más está decirles el soberano lío que se arma en el Vaticano cuando se dan cuenta de lo sucedido. Es ahí cuando el psicoanalista deberá agudizar su ingenio para contener al grupo de cardenales y pensar en estrategias que descompriman la presión grupal mientras reaparece el perdido líder. Mientras, el flamante Papa anda suelto por las calles de Roma buscando cumplir algún viejo anhelo y redescubriéndose como ser humano.

"Habemus Papam" es una película bien pensada, honesta y curiosa. No elige un tono estridente para preguntarse el porqué este hombre se niega a ser el representante de Dios en la Tierra (según la doctrina religiosa correspondiente), sino que pone la cámara para seguirlo y descubrir sus aspiraciones e intereses en su condición más simple: la de ser un hombre de fe enfrentado a una tarea titánica, representar a un nutrido rebaño. Moretti está tan interesado en que quede claro su posición que hasta decide protagonizar el film, para que a nadie le quede duda que ese psicoanalista que interpreta, es su alter ego jugando a mover las piezas en el mismo escenario donde transcurre la acción. Y si bien ve a la Iglesia y a sus miembros como rígidos y ritualistas, también los rescata en su dimensión social y humana, en situaciones donde ellos dejan de lado la solemnidad de sus roles y se predisponen a elaborar su angustia por el líder formal que los ha abandonado.

Quizás algunos colegas piensen que el registro del film podría haber sido mucho más irónico de lo que es, y coincido, que en manos de otro director, esto podría haber sido así. Me parece que, a diferencia de otros trabajos de este cineasta, este es súper accesible para el gran público. Es ameno, simpático y entretenido. A todos los católicos (practicantes o no) les interesa curiosear en los momentos en los que la Iglesia Católica elige sucesor, así que partiendo de ese gancho, el director nos conduce a un relato emotivo y ligeramente sarcástico sobre la manera en que algunas elecciones llevan tiempo para ser asimiladas.

Muy buena película, directa y atractiva a todas las luces...