Guerra de papás

Crítica de Lucía Matusevich - El Lado G

Sean Anders trae una nueva comedia protagonizada por los divertidos Will Ferrell y Mark Wahlberg. Brad, casado hace meses con Sarah, tiene como máximo deseo que los hijos de su esposa lo acepten como padre.

Will Ferrell interpreta a Brad, un ejecutivo de una radio de smooth jazz, que está casado con Sarah (Linda Cardellini). Ella tiene dos hijos de otro matrimonio: Megan (Scarlett Estevez) y Dylan (Owen Vaccaro), que no quieren mucho a su padrastro. Cuando los niños comienzan a incorporar a Brad a la familia aparece el ex esposo de Sarah, Dusty (Mark Wahlberg), para hacerle competencia. El padre biológico de los chicos llega para romper todas las estructuras y retar a Brad a una verdadera Guerra de Papás.

Dusty, musculoso con campera de cuero y moto, todo un espíritu libre que se borró de la crianza de sus hijos, resulta el completo opuesto de Brad, de panza, traje y camioneta familiar. La competencia entre ambos por ganarse el cariño de los niños es el motor principal de la nueva comedia de Sean Anders.

El director se maneja cómodo en este género: en su haber tiene comedias como Ese es mi hijo, Quiero matar a mi jefe y Los pingüinos de papá. Anders es también autor de los guiones de Tonto y retonto 2 y Somos los Miller. En Guerra de Papás utiliza la misma fórmula y obtiene resultados similares.

Will Ferrell sabe moverse en la comedia, y esta no es la excepción: es el encargado de llevar los momentos graciosos en la mayor parte de la película, a pesar de no ser su mejor film. Mark Wahlberg está muy bien en su papel de padre badass, pero los aplausos y las risas se las lleva su co-protagonista.

Guerra de Papás es una comedia divertida: utiliza recursos clásicos que todavía funcionan. No es la mejor, pero en general vale la pena.