Güelcom

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

Pasaje abierto

Hacer del drama una comedia o, como dice el refrán, la comedia es... drama “después de un tiempo”. Esa es la línea guía de esta película que trata de sacarle algunas cosquillas a dos temas recurrentes, como son el amor, la pareja o la familia y las migraciones o el exilio.

Hay una parte de Güelcom que revisa la última fiebre migratoria de los argentinos, y lo que está pasando con ella unos cuantos años después de superada la peor parte de la crisis de la convertibilidad. Otra parte del filme es que Leo y Ana tenían una linda historia de amor, hasta que Ana quiso irse a España a buscar alternativas para su profesión de cocinera y Leo prefirió quedarse en el país, con un trabajo de psicólogo que le gusta.

Ahora los dos siguen bastante disconformes. Leo, no deseando vivir como un soltero pero sin poder iniciar nada con otra mujer, y Ana, en pareja, aunque no tan convencida, y decepcionada por la ausencia de aquellas oportunidades de trabajo que fue a buscar.

Cada uno de ellos sigue caminando por su vereda, hasta que varios años después Ana vuelve a Buenos Aires, seguida por un novio europeo, invitada al casamiento de unos amigos que comparte con Leo, y el reencuentro entre ambos reabre una historia que nunca se había cerrado del todo.

Las oportunidades de reírse en esta comedia de Yago Blanco están por todas partes: en las situaciones, en los diálogos, en las características de los personajes, en las actuaciones de todo el elenco.

El gallego que aunque tiene alguna posibilidad de quedarse con Ana termina contra su voluntad jugando el papel de metido en el antiguo grupo de camaradas y en el pasado de dos de ellos. La soltera empedernida, con su inmadurez pero también con su independencia para echar una mirada sobre los hechos. La pareja de amigos argentinos de Ana y Leo, con su propio mundo de pareja y sus diferentes afinidades incluso para con el europeo. Y finalmente los casamenteros, que vuelven al pago con toda la impronta del tiempo transcurrido en Ibiza, la célebre capital turística de la alta juerga española.

Muy buenas las participaciones de Peto Menahem, Eugenia Guerty y Chema Tena, acompañando y siendo acompañados por el resto. Una película argentina entretenida, fresca, actual, para recrearse e intentar reírse de algo que tal vez pasa cerca de uno y todos los días.