Guasón

Crítica de Matías Villanueva - Sin Intervalos

Son pocas las veces que recuerdo haber esperado tanto una película. La expectativa generada en torno a "Joker" nos hizo delirar con cada avance y póster que se publicaba. Llegó la hora de la verdad. Un viaje dentro de la cabeza de uno de los criminales más icónicos del cine.

Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) es un hombre que a pesar de la crueldad y el desprecio de la sociedad tiene una sola meta: hacer reír a la gente. Es un payaso por las mañanas que se esfuerza por convertirse en un comediante por las noches. Pero de a poco descubre que la broma siempre parece ser él.

Esta no es una película de superhéroes y villanos. Es más, ni siquiera es de DC. "Joker" es un relato oscuro sobre el origen de este infame personaje. Todd Phillips nos trae una pieza magnífica que poco tiene de envidiarle al Nuevo Hollywood de mediados de los 60 y principios de los 80. Vemos una clara influencia de Martin Scorsese con fotogramas que nos hacen acordar a "Taxi Driver" o "El Rey de la Comedia" y un tono, ritmo y forma de plantear el argumento característicos del director. Phillips, quien dirigió la saga "¿Qué pasó ayer?", acá se puso serio y sorprendió. Denota un trabajo experimental previo y una excelente dirección de actores. El arte del film es para aplaudir de pie. La elección de colores, vestuario y locaciones nos termina de transportar al mundo distópico de Ciudad Gótica. "Joker" es poesía y cada plano está por algo, nada es azar.

La exploración de Phillips de Arthur Fleck, que es impecablemente retratado por Joaquín Phoenix, es la de un hombre que lucha por encontrar su camino en una sociedad fracturada. "La sociedad moldea villanos" y la crítica social está muy instalada (de a ratos quizás demasiado). Hay un enfoque real sin baños químicos que mágicamente disparan la violencia. Phoenix no solo se sumerge minuciosamente en la psicología del personaje, sino también realiza un trabajo físico admirable. Lo vemos sutil, orgánico, cautivador y nos deja una actuación sin excesos, riesgo muy presente al retratar personajes de estas características. Pocas palabras, una excepcional banda sonora que lo acompaña en todo momento y mucha presencia. Aprovecha todo a su alrededor haciendo encajar a la perfección momentos de baile a lo musical (Alguno lo sentí como un homenaje a Heath Ledger) con otros de violencia extrema.

"Joker" es diferente y provocadora. Te modifica. Es verdad que hay una crítica dividida a raíz de la humanización de un asesino psicópata, pero en el film se dice "La comedia es subjetiva", a lo que agrego "el arte también" y es un reflejo de la sociedad, no al revés. Hay películas que por alguna razón me hacen sonreír más allá de lo que suceda. Este fue el caso y los invito a experimentarlo. "Put on a happy face" y a disfrutar una de las experiencias cinematográficas más conmocionantes de los últimos años.