Guasón

Crítica de Fabio Albornoz - Ociopatas

El éxodo de los directores de la nueva comedia americana continúa. El año pasado Peter Farrelly había abandonado el humor chabacano para rodar una feel-good movie políticamente correcta como “Green Book”, que acabo siendo la gran triunfadora en los Óscar (mejor película, mejor guión).
Este año probó suerte otro viejo conocido de la comedia: Todd Phillips, realizador de películas como “Viaje censurado”, “Todo un parto”, y la trilogía devenida en clásico instantáneo, “¿Qué paso ayer?”. Lo que nadie esperaba era que terminará dirigiendo “Joker”, el film sobre el mítico villano principal de Batman.

La competencia entre Marvel y DC la venía ganando hace años la primera, no solo con films muy taquilleros, si no también superiores. DC había registrado una gran cantidad de tropiezos cinematográficos como “Batman vs Superman”, “La liga de la justicia” y “Escuadrón suicida”, entonces ese flojo curriculum hacía pensar que esta “Joker” andaría por la misma senda. La presencia en el festival de Venecia, así como su posterior triunfo del León de Oro, empezaron a levantar sospechas de que definitivamente esto sería otra cosa bastante alejada de lo que estamos acostumbrados a ver en el universo de los héroes/villanos. Y así fue. La muy elogiada interpretación de Joaquin Phoenix como el nuevo Guasón lo metió rápidamente en la carrera seria por llegar a los Óscar, y con el premio principal el propio film exigió ser tomado en serio.

Recordemos que “Logan”, de James Mangold había hecho un gran movimiento por desplazar al comic y transformarlo en una especie de western moderno. Pero lo de “Joker” es todavía más radical. Acá directamente Todd Phillips se libera de cualquier atadura y fórmula predecible para utilizar al personaje del Guasón como soporte de una crítica sagaz al estado de las cosas: El resultado es una cinta magnifica y revulsiva que pone a Estados Unidos al desnudo, tanto social como políticamente. Un riesgo maravilloso dentro de una industria que se ha acostumbrado a ir por lo seguro.

No hay mucho secreto dentro de la trama. Phillips hace del Guasón un hombre con severos problemas mentales que vive en una ciudad donde intenta sobrevivir como puede a la discriminación y las injusticias. Esa Gotham City/Nueva York es retratada de una forma sucia, llena de violencia, crueldad, depresión, caos, con enormes desigualdades sociales, el ascenso de una televisión chatarra, el sistema de salud desfinanciado, un estado ausente y un clima de revueltas sociales. El director teje el panorama de fines de los 60’ comienzos de los 70’, con un espíritu anárquico y pesimista.

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Es cierto que por momentos pueda pecar de subrayar algunas situaciones con musicalización y escenas desmedidas, pero es una cinta admirable que funciona perfectamente cuando debe –por obligación- presentar puntos de contacto con el universo DC, y también cuando es la construcción del nacimiento de un demente devenido en psicópata. “Joker” es una película que funciona para los dos espectadores: el que no sabe nada de los comics la podrá ver como un drama social, y el fanático de los comics la podrá ver como una extraordinaria y gloriosa génesis digna del villano que retrata.

Si una película incomoda es porque algo bueno ha generado. Phillips expone al psicópata en sus actos atroces, así como también en los maltratos que sufre. Entonces en “Joker” se activa algo que cada vez se hace más difícil de encontrar, nosotros como espectadores somos puestos en jaque: ¿empatizamos con un asesino? ¿sentimos pena? ¿queremos que triunfe o que sea vencido? Ya nos habíamos olvidado eso de que el cine industrial cuestionará al espectador, por eso esta cinta es una especie de bálsamo en el panorama cinematográfico.

No hay una pizca de gracia. Todo está filmado con mucho realismo y crudeza. La gigante fotografía de Lawrence Sher acentúa una atmósfera oscura, con un poder en sus encuadres brillante. Es por momentos una autentica película de terror.

Por último, no podemos pasar de largo la interpretación de Joaquin Phoenix, quien vino directamente a cerrar toda grieta posible entre Jack Nicholson o Heath Ledger. Su Guasón es el más humano, terrorífico y enfermizo de la historia. La representación perfecta de una psiquis desequilibrada y perturbada. Completó los casilleros del Óscar por transformación física, pero lo de Phoenix es mucho más que esa extrema delgadez, lo suyo es lo interno, lo que genera en el personaje. Esa risa que esconde detrás la tristeza, el llanto, la alegría, el nerviosismo, o vaya uno a saber que, porque Phoenix canaliza una personalidad totalmente quebrada. Una de esas actuaciones tan gloriosas como inolvidables.

Todd Phillips se ajusta a la camada de esos cineastas de los 60’/70’ (Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, William Friedkin, etc) que hartos de la plasticidad de las historias en las que había quedado estancada la industria, plasmaron realidades crudas y brutales.

“Joker” es claramente una colosal reescritura de “Taxi Driver” y “The King of Comedy”, pero su espíritu se expande más allá: es una película que se inscribe en ese cine guerrillero en total extinción. Aquel llamado Nuevo Hollywood está más vivo que nunca en estas calles de Gotham.

Calificación: Excelente.