Guardianes de la galaxia

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Los nuevos renegados galácticos

Una muy buena opción resulta la película Guardianes de la galaxia, lo nuevo de la inmensa factoría Marvel.

Guardianes de la galaxia fue el único estreno de la segunda semana de vacaciones en Bahía Blanca y, seguramente, uno de lo más convocantes en los días por venir. Película de Marvel-Disney, es adaptación de un cómic que ha tenido versiones diversas desde su creación en los años 70.

Del mismo modo que Iron Man, Thor, Capitán América o Los Vengadores, esta película, se sabe de antemano, es la primera de una serie que el tiempo y los vaivenes del mercado dirán cuánto se extenderá, pero que en principio tiene prevista una secuela para 2017.

Perla al respecto, es la escena al cabo de los créditos finales que muestra a Colector –-ya visto en el “bonus-track” de Thor-- en un intercambio amo-mascota muy singular.

Hay que ir al cine y quedarse hasta el final para enterarse, previo haber visto un relato acerca del grupo de “renegados” liderado por el humano Peter Quill, bautizado como Star Lord, luego de haber sido secuestrado por criminales extraterrestres siendo un niño, y criado en las artes de encontrar objetos especiales para compradores nada comunes.

Lo secundan Rocket Raccoon, un mapache genéticamente modificado, mercenario y conocedor de las artes de guerra; Groot, un árbol humanoide, compañero inseparable de Rocket, de expresión elemental pero fidelidad y perspicacia únicas; Drax el destructor, un guerrero con sed de venganza luego de haber visto masacrada a su familia; y Gamora, una huérfana de piel verde, criada por Thanos y entrenada como la perfecta asesina, aunque en su interior sienta una profunda necesidad de redención.

Este quinteto se ve compelido a reunirse bajo circunstancias adversas y a defender --sin plan previo alguno-- a la galaxia de las consecuencias de sus acciones, frente a los villanos de Thanos.

Hay dosis bien administradas de acción con tiros, explosiones y vuelos a gusto y más de los adeptos al 3D; además de data “encriptada” para los ultraconocedores del universo Marvel.

Es de las pocas películas que no lindan con la tortura a la atención del espectador y que tientan a esperar a que venga su segunda parte.