Guardianes de la galaxia

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Sino fuera de Marvel y de Marvel Studios, es difícil precisar cual sería la suerte de una película como “Guardianes de la galaxia”. Es cierto que la historieta data de fines de la década del ‘60. Tan cierto como que en 2008 necesitó un nuevo equipo de escritores para evitar la debacle (ahora lo llaman relanzamiento). Si se pudiera tener una visión global, un cuadro gigante con todos los personajes de Marvel, lo de esta película parecerían ser viejos bocetos. Las ideas que no prosperaron. Tal vez este concepto sea la mayor ventaja y a la vez la peor contra que tiene este producto.
Ante todo “Guardianes de la galaxia” es una comedia de acción ubicada en un futuro incierto y en algún confín del espacio. Lejos están los planteos existencialistas del héroe de El Hombre Araña, la lucha con la bestia interior de Hulk o la oscuridad de los X-Men a partir de la discriminación y el ser distinto. Es como si Stan Lee (que no para de hacer cameos últimamente) en lugar de mandar a los guionistas a hablar con un psicólogo para nutrir el intelecto de los personajes los hubiera mandado ver a Tinelli, o una maratón de los freaks que suelen desfilar por Crónica TV.
Hospital. Un niño desgarrado y triste aguarda en una sala de espera mientras su madre muere de cáncer. Lo llevan a verla, pero él no quiere saber nada. La madre le da un regalo y extiende su mano para tocarlo por última vez. Él trata de no ver. Ella muere. Todos lloran, así van a ver los chicos de hoy lo que sentimos los grandes cuando vimos “Bambi” (1942). Lo dicho antes: si fuera X-Men la intro serviría para justificar que Magneto quiera convertir el planeta en una canica, pero acá, apenas si sirve para justificar un gag musical en el último acto. En fin, veinte años después, Peter Quill/Starlord (Chris Pratt) es un hábil ladrón con problemas de dinero que roba un orbe (objeto que guarda un enorme poder) codiciado por otros enemigos. Entre ellos por Ronan (Lee Pace) quien lo pretende para gobernar la galaxia traicionando a su jefe primero y por Yondu (Michael Rooker), quién lo pretende porque sospecha que vale mucha plata. Por razones que no conviene revelar, Peter termina involuntariamente aliado a Groot (Vin Diesel), una especie de tallo color habano que sólo dice “soy Groot”, Rocket (Bradley Cooper), un mapache renegado y mal llevado, y Drax (Dave Bautista) un patovica desteñido que pega antes de preguntar. A ellos se sumará Gamora (Zoe Saldaña) con otras intenciones. Este rejunte de forajidos vienen a ser los que eventualmente salvarán el día.
Desde el punto de vista de la adaptación, se diría que esta versión es más fiel al “relanzamiento” que a lo hecho en los ’70, aunque no faltarán cameos o referencias como para que los fanáticos queden conformes (el perro Cosmo por ejemplo, que seguramente tendrá otra participación en el futuro). En cuanto al nivel de producción, sabiendo que la mayor parte del presupuesto se va en la post-producción, “Guardianes de la galaxia” está un par de escalones debajo de lo ya visto. Se notan algunos escenarios digitales (en especial en las tomas panorámicas) y lo artificial del diseño de arte lo cual, paradójicamente, colabora con la impronta conceptual de ser una suerte de ficción clase B que se toma algunos gags para reírse de sí misma. “Esa frase el lo más cliché que existirá jamás”, le recrimina Rocket a Peter en un momento, invitando al espectador a no tomarse nada en serio. En esta constante presencia del humor es donde se halla el mejor valor de la obra. Hay algo extraño con la música. Como una intención de rescatar viejos éxitos de los ‘70 que casi nunca funciona. Dave Jordan, el supervisor musical no ha logrado prácticamente en ningún momento que los temas seleccionados tengan un “punch” concreto. Sólo alguna que otra alegoría en la letra que acompaña determinadas situaciones.
Mientras el espectador vaya esperando reírse simplemente, sin más profundidad ni sustentabilidad que la risa misma, la va a pasar fenómeno con este entretenimiento. Por cierto, sin eufemismos, lo último antes de comenzar los créditos anuncia lo inevitable: “Los Guardianes de la galaxia regresarán”. Están todos avisados.