Guardianes de la galaxia

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

NO HAY NADA COMO ELLOS, EXCEPTO ELLOS

Héroes. Una palabra TAN poderosa como esa siempre fue representada en el cine como debía ser: Con hombres (y pocas mujeres) entregados a una causa mucho mayor que ellos mismos. Seres solitarios o víctimas en busca de justicia, que dejaban su dolor a un lado para empoderarse y salvar al mundo con la frente en alto, el pecho inflado, la capa flameando y un épico coro sonando de fondo. Los vimos en EL HOMBRE DE ACERO (MAN OF STEEL, 2013), en BATMAN INICIA (BATMAN BEGINS, 2005) y hasta en LOS VENGADORES (THE AVENGERS, 2012). Pero, ¿por qué nunca vemos detrás del héroe? ¿Por qué centrarse solo en sus más increíbles hazañas y luchas? ¿Por qué un héroe no puede llorar, reír, escuchar música y evitar una catástrofe en un mismo día? A fin de cuentas, son personas como cualquier otra, ¿no? No, los héroes son héroes. Por más humanidad (o Nolaneidad) que le den, su nobleza y valentía siempre serán más importantes que las canciones o los clásicos de Kevin Bacon que aman. En mi vida cotidiana no conozco a nadie que arriesgue su vida volando hacia el interior de un portal con un misil sobre los hombros. Pero sí conozco a muchas personas que hacen bromas, que vieron FOOTLOOSE (1984) y que bailan al ritmo de “The Jackson Five”. Y esa es una de las razones principales por las que amo GUARDIANES DE LA GALAXIA (GUARDIANS OF THE GALAXY, 2014). No solo por ser un film casi perfecto y una de las mejores películas que dio Marvel Studios (y el 2014) hasta el momento, sino por ser la extravagante y extremadamente entretenida carta de presentación de una inolvidable y muy querible colección de personas. Con aspecto de árbol y mapache, pero personas al fin. Levantándole el dedo del medio a las máscaras y a las capas –y cubierta por el espíritu de Han Solo, más referencias a la cultura pop que Tony Stark, muchísima humanidad, chistes rápidos, nostalgia y explosivas batallas especiales–, esta contraparte bastarda y bardera de THE AVENGERS aterriza en las salas para llevar al cine de superhéroes a nuevas alturas. O al infinito y más allá.

Seguramente pasó que alguien de mente cerrada (o un crítico que se cree demasiado para una aventura de superhéroes) se acercó a ver el póster de este nuevo estreno y solo vio a un montón de perdedores. Ridículos y fenómenos en algo que solo puede ser aún más ridículo. Pero, ¿pueden culparlo? Solo ve alienígenas con forma de plantas y animales, un antiguo luchador queriendo actuar, una chica pintada de verde y un comediante que se puso en forma para dársela de héroe de acción. Pero si recordamos lo que nos enseñaron mientras crecíamos, las primeras impresiones nunca son buenas y no está mal dar una segunda oportunidad. Si se animaron a darle esa oportunidad a GUARDIANES DE LA GALAXIA, entonces saben que no es una película como cualquier otra. Pero, ¿qué es exactamente? Dependiendo de por donde la miren, la nueva locura del demente director James Gunn (SLITHER, SUPER) puede ser muchas cosas: A) Un nuevo exponente de la ciencia ficción, visualmente impactante y lleno de acción, que homenajea y combina de la mejor manera elementos de STAR WARS, STAR TREK, “Firefly” e incluso INDIANA JONES, ya sean sus diseños, sus personajes o más. B) La adaptación comiquera más graciosa que regaló Hollywood en años, al punto que podríamos llegar a considerarla una comedia pura. C) Una mezcla de osadía y originalidad que se ríe inteligentemente de los cánones del cine de superhéroes, mientras cuenta una historia sobre el nacimiento de una nueva elite de justicieros. Lo admirable de Gunn es que logró combinar y equilibrar A, B y C, sin descuidar nunca a sus protagonistas.

Para que LOS VENGADORES pudiera funcionar, Marvel Studios pasó varios años presentando por separado a cada uno de los integrantes que conformarían el equipo. Así, llegado el momento de juntarlos, ya no hacía falta explicar quién era quién y podía pasar directo a los bifes: Las peleas con Loki y los Chitauri. Me encanta LOS VENGADORES, pero reconozco que no es tanto una película, sino un espectáculo que está más al servicio de los fans que de sus personajes. En cambio, GUARDIANES DE LA GALAXIA presenta a sus integrantes, profundiza en sus historias, los hace evolucionar de criminales/rivales a héroes/amigos. En su film, los Vengadores solo se unen y al final se separan. La sensación que deja es más de choque de egos y alianzas por conveniencia o coincidencia, que de laburo en equipo, amistad y complicidad. En esta nueva aventura cósmica, los egos chocan repetidas veces (son los momentos más divertidos), pero también queda muy en claro que se necesitan entre ellos para derrotar al mal y a sus demonios internos. GUARDIANES DE LA GALAXIA consigue esto poniendo la acción, los guiños a los fans y los efectos especiales al servicio de la narración y sus protagonistas, y no viceversa –de hecho, recuerdo más las escenas en las que charlan que las escenas en las que luchan–. Así, uno llega a conocer a fondo a cada uno, volviendo su viaje mucho más atrapante.

Los Guardianes de la Galaxia son cinco: 1) Peter Quill/Star-Lord, una querible mezcla de Han Solo e Indiana Jones, pero que esquiva al héroe macho y clásico para ser alguien vulnerable, sensible y a veces inepto, con poco liderazgo pero sí mucho corazón y buena onda. Chris Pratt es fantástico como el protagonista, llevando el humor, el drama y la acción sin ningún problema. 2) Gamora, una asesina con una historia previa que le aporta una cuota considerable de profundidad a la trama. La bella Zoe Saldana se mete nuevamente en la piel de una mujer que no necesita de un hombre para salvar al mundo. Incluso aparecen indicios de un romance, pero los esquiva con buen sentido del humor en pos de la construcción de su personaje. 3) Rocket, el mapache genéticamente modificado, que bien podría haber sido el desahogo cómico creado para los nenes (el Jar Jar Binks o Los Gemelos Autobots de este blockbuster). Pero no. Mientras la veía, sentí muchas veces que Rocket Racoon era a GUARDIANES DE LA GALAXIA lo que The Joker fue a BATMAN: EL CABALLERO DE LA NOCHE (THE DARK KNIGHT, 2008), pero en menor medida. Aleluya por este ser sarcástico y muy cool (cortesía de la voz de Bradley Cooper y del asombroso CGI) que se roba la película, que mejora cada escena en la que aparece y que lleva consigo una durísima carga emocional, presentada brevemente pero con precisión. 4) Drax El Destructor, interpretado por un correcto Dave Bautista. Su historia de venganza es probablemente la más obvia de las cuatro, pero es imposible no quererlo. 5) Y finalmente… Groot, una entrañable e inocente presencia que protagoniza escenas en donde los sentimientos lo son todo y que no dice mucho pero, cuando habla, lo hace con la copada voz de Vin Diesel y en el momento más oportuno. Este disfuncional repertorio de underdogs, maniáticos, asesinos, criminales y forajidos “legendarios” se verá obligado a unirse después de apoderarse de El Orbe, un objeto que todos quieren, incluyendo el malvado Ronan (Lee Pace).

Hay pocas cosas que no funcionan en GUARDIANES DE LA GALAXIA y el villano principal es lamentablemente una de esas. Honestamente, no hay nada incorrecto en él. Es decir, es un villano completamente funcional, es intimidante (¡Varios puntos para Lee Pace!) y un buen contraste para Star-Lord. El problema es que no es memorable. Es solo un malo que hace cosas malas, algo en lo que Marvel Studios cae con regularidad (a excepción de Loki, claro). Tal vez, si hubiese sido un personaje más humorístico como sus rivales, se podría haber destacado. Aun así, esto no afecta demasiado al film. Fuera de eso, no mucho más puedo criticar: Hay momentos en que peca de ser explicativa y escupe demasiada información en un solo diálogo (o muy poca, reteniendo la respuesta para la secuela), y posiblemente algunos espectadores queden decepcionados con el poco uso que le dieron a actores de la talla de Glenn Close, Benicio Del Toro y John C. Reilly. Pero en una película en la que hasta el 3D, los personajes secundarios (como Nébula y Yondu) y el soundtrack son para celebrar, detalles como esos pasan desapercibidos. GUARDIANES DE LA GALAXIA es sin dudas una imperdible ópera espacial, absurda y siempre divertida, que contrasta de manera brillante humor con drama y ciencia ficción con aventura.

Su inteligente e irreverente guión (de frases como “Ain't no thing like me, except me”), escrito por Gunn y Nicole Perlman, es un constante reciclaje de las costumbres más obvias de los héroes del cine. Pero cada vez que le toca caer en uno de esos clichés (los compañeros parados en círculo, el enfrentamiento final entre el bueno y el malo, el McGuffin), GUARDIANES DE LA GALAXIA lo resalta, lo vuelve diferente o lo convierte en algo que nos sorprende o nos hace reír a carcajadas. Esa es la característica principal de esta película: Tomar algo que ya existe y resignificarlo de la forma más inesperada posible. A Marvel Studios lo expande y lo transforma en un universo de infinitas posibilidades. A los mapaches los convierte en superhéroes y a los superhéroes los convierte en personas. Al alejarse de la Tierra y de sus admirables Vengadores, GUARDIANES DE LA GALAXIA logra alcanzar una sensibilidad en su historia y sus protagonistas que NO inspira a salvar al mundo, sino a algo mucho mejor: A disfrutar de las cosas buenas de la vida, ya sea amigos, música o un viaje.