Guardianes de la Galaxia 2

Crítica de Jessica Blady - Malditos Nerds - Vorterix

FIGURITA REPETIDA

Vuelven los héroes menos pensados de Marvel pero, ¿tendrán la misma cancheres a cuestas?
“Guardianes de la Galaxia” (Guardians of the Galaxy, 2014) sigue siendo una de las mejores películas del Universo Cinemático de Marvel, sin duda alguna. La historia de estos parias convertidos en héroes por accidente, no es lo más original del mundo, pero logra mezclar y balancear varios componentes que funcionan a la perfección. James Gunn demostró ser uno de los realizadores más jugados de la franquicia superheroica, y suponíamos que tenía muchísimo más para ofrecer en esta segunda entrega.

“Guardianes de la Galaxia Vol. 2” (Guardians of the Galaxy Vol. 2, 2017) sigue siendo una aventura espacial, colorida, cool y muy divertida, pero Gunn muestra la hilacha y nos vende los mismos espejitos de colores con sutiles diferencias. Esas cosas que amamos de la primera película acá nos saltan a la cara totalmente recargadas. Por ejemplo, si baby Groot les parecía una ternura en apenas unos minutos de post-créditos, prepárense para encariñarse a lo largo de toda la historia. Claro que al final hay una sobre explotación del personaje, y como ocurre con cualquier tipo de “abuso”, ya no nos parece tan simpática su vigésimo octava morisqueta.

“Guardianes de la Galaxia” se apoya en varios elementos clave: las características específicas de sus personajes, una gran banda sonora e incontables referencias a la cultura pop de la década del ochenta. Entendemos que este período es crucial para la formación de Peter Quill / Star-Lord (Chris Pratt) pero, ¿hasta que punto un espectador de 18 años (target al que apunta Marvel en promedio) entiende cada uno de estos chistes internos? Imposible saberlo a ciencia cierta, pero nosotros los mayorcitos podemos disfrutarlos y hasta reírnos en varias ocasiones. Si el primer film ponía a Ren McCormack (Kevin Bacon) como ídolo máximo de nuestro héroe, para esta aventura Gunn logra reemplazarlo por uno nuevo que no les vamos a decir porque SPOILER.

Como verán, la historia se repite en varios aspectos. En cuanto a la trama, Volumen 2 encuentra al grupete convertido en, obviamente, los guardianes de la galaxia haciendo un trabajito de salvataje para los Soberanos, una raza pretenciosa y ofendidiza al extremo cuando les faltan al respeto. Los muchachos finalizan la tarea, pero como no pueden evitar su naturaleza de semi forajidos (bah, Rocket no puede evitarlo), desatan la ira de la Soberana Suprema (Elizabeth Debicki) al robar unas costosas baterías de energía. Las fuerzas soberanas salen a la cacería de los Guardianes y para ello buscan la ayuda de Yondu (Michael Rooker) y los Saqueadores que todavía buscan su propia venganza.

Quill y los suyos terminan estrellándose en un planeta lejano, pero pronto reciben el auxilio menos pesado, uno que reencontrara a Star-Lord con una gran parte de su pasado. Bueh, no nos hacemos los misteriosos ya que se sabe que Kurt Russell hace el papel de Ego, el extraterrestre que se enamoró de la terrícola Meredith y abandonó a su hijo Peter cuando apenas era un bebito.

“Guardianes de la Galaxia Vol. 2” saca a relucir unos cuantos problemas familiares (bah, todos son quilombos familiares), sumemos también a Gamora (Zoe Saldana) y Nebula (Karen Gillan), que intentaran limar sus asperezas y resolver los daddy issues; y la presentación de nuevos personajes, entre ellos, el más destacado es el de Mantis (Pom Klementieff), “mano derecha” de Ego.

La trama salta de acá para allá, mostrando un montón de rincones de la galaxia, pero en el medio va perdiendo sustancia y sólo nos queda un amasijo de chistes, escenas de acción y momentos “conmovedores”, forzosamente sentimentales. Los verdaderos protagonistas pasan a un segundo plano y los personajes secundarios toman la delantera. Aplausos para Drax (Dave Bautista) y su eterna honestidad brutal, para Rocket y Yondu, que demuestran que no son tan bidimensionales como parecen a simple vista.

No podemos discutirle el despliegue visual y sus imágenes casi alusinógenas. Lo mejor de “Guardianes de la Galaxia” es cuando se deja llevar al extremo y la bizarreada se hace completa. Los términos medios acá no funcionan y, por momentos, se torna aburrida, justamente porque sólo sabe contar chistes y tirar referencias, y las más de dos horas de duración se sienten difíciles de llenar.

Esta segunda entrega, tan esperada, decepciona más de lo que entretiene ya que no tiene nada nuevo para ofrecer. Los cameos son simpáticos, pero no dejan de ser un adorno, al igual que las cinco, sí CINCO, escenas post-créditos que suman poco y nada para el futuro de la franquicia.

Gunn desaprovecha la oportunidad de conectar su mundo espacial con los héroes de la Tierra, olvidando (u obviando) que pronto todos se verán las caras. Por el contrario, expande su propio universo con escenarios y personajes, dejando un poco de lado la historia, eso que hacía de los Guardianes de la Galaxia el grupo superheroico más canchero e interesante del MCU.