Gricel. Un amor en tiempo de tango

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

“No debí pensar jamás en lograr tu corazón, y sin embargo te busqué hasta que un día te encontré, y con mis besos te aturdí sin importarme que eras buena...” así comienza el tango Gricel, y en esas pocas líneas se encierra todo el secreto, de esta canción y del documental que indaga en su historia, Gricel: Un amor en tiempo de tango.
En su segundo trabajo como documentalista, Jorge Leandro Colás se inmiscuye en el trasfondo detrás del tango compuesto por José Maria Contursi (la letra, la música es de Mariano Mores). Y sí, Gricel existió en serio, y ambos, autor y mujer, vivieron una de esas historias como sólo el tango puede narrar (aunque esta vez con final feliz).
Ahora sí, resumidamente la historia del amor (que para quienes no la conozcan es digna de descubrir), Contursi conoce a Gricel cuando esta tenía tan sólo 16 años, son las hermanas Nelly y Gory Omar las encargadas de presentárselas en un encuentro en la radio. Contursi ya tenía una vida hecha, era bastante mayor, estaba casado y con una hija. Pronto iniciarían un romance oculto, tan apasionado como prohibido... un romance que estaba destinado a perderse, los encuentros se fueron espaciando cada vez más, continuó en cartas durante mucho tiempo, hasta el olvido, o no, porque ninguno pudo olvidarse del otro, como lo demuestran los tristes tangos de amor del autor. Muchísimos años después Contursi decidió no seguir negándose, buscó a su Gricel hasta el cansancio, hasta encontrarla, y allí halló su muerte, con su amada.
Colás le escapa al clásico cabezas parlantes, material de archivo “disfrazándolo” con algo de ficción. Nos cuenta la historia de Manuel (Pablo Basualdo) un joven cantante lírico que quiere escribir una ópera sobre Contursi y Gricel y el romance eterno que los envolvió, eso lo lleva a investigar, a buscar en archivos, a entrevistar... y así entramos al plano documental mechándolo con la ficción; y a su vez, el tango se mezcla con la música clásica.
Como es de esperarse el documental no se apura, se toma sus tiempos en recalar información, casi como si fuese un análisis periodístico de la cuestión (en la que los personajes de ficción son clave), y va introduciendo al espectador en la historia de a poco, tranquilamente, hasta atraparlo, y hacerlo sufrir a la par de sus protagonistas, aunque uno ya conozca la historia y desde entrada sepa como termina.
El gran hallazgo de Gricel: Un amor en tiempo de tango es ese, el contar una historia de amor, más allá del documental histórico, uno logra emocionarse como si estuviese frente a una de esas películas de pañuelo en mano. En este punto, y en el esquema y temática en general, Gricel debe mucho a ese otro gran documental sobre el enigma Ada Falcón que fue Yo no sé que me han hecho tus ojos de Lorena Muñóz y Sergio Wolf.
En el plano estrictamente documental, lo hay de todo, entrevistas a hombres y mujeres de la época, a descendientes, a historiadores, material de archivo interesante, y mucho por descubrir aún para los que van con cierto conocimiento previo.
Gricel: Un amor en tiempo de tango es un documental que recomendaría específicamente a aquellos que tratan a estos como algo menor; el tratamiento que hace del relato, la fuerte impronta estética, y lo atrayente del conjunto lo hace un film que no tiene nada que envidiarle al mejor de los melodramas salido de la mente de un guionista. Queda demostrado una vez más, la realidad, supera a la ficción.