Gretel & Hansel

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Esta nueva adaptación de uno de los clásicos de los hermanos Grimm llega con varias modificaciones acordes a los tiempos que corren. La más visible es un título que alteró el orden de los protagonistas, lo que denota las intenciones del director Oz Perkins (el hijo de Anthony Perkins) de situar el punto de vista en los ojos de ella. Sin embargo, Gretel & Hansel: Un siniestro cuento de hadas es otra de las tantas películas de terror fácilmente intercambiables que pueblan la cartelera comercial. 

Desde la secuencia introductoria queda claro que la originalidad, más allá de esa visión de Gretel como una adolescente empoderada, no será uno de los puntos fuertes de la película. Allí se cuenta la leyenda de una niña cuya vida es salvada por una hechicera y adquiere una serie de poderes sobrenaturales que la aíslan de su entorno, obligándola a atraer chicos y chicas para no quedarse sola. 

Tiempo después, Gretel (Sophia Lillis, vista en It / Eso) y su hermano Hansel (Sammy Leakey) son echados de la casa de su madre debido a que no tiene medios para mantenerlos, por lo que terminan caminando solos por el bosque en busca de techo y comida. Desoyendo las advertencias de un cazador, los chicos entrarán a la casa de aquella muchachita hechizada devenida en anciana solitaria, quien les ofrece un banquete imposible de rechazar. El resto es historia conocida. 

La eficacia de Gretel & Hansel... radica más en un acertado uso de la fotografía y el diseño de producción que en la potencia de una historia atrapante que pueda ir más allá de la media del género. El resultado es un film visualmente volcado a la construcción de una atmósfera siniestra y pesadillesca, en especial gracias a esos contrastes con que iluminan a los personajes, aunque narrativamente convencional y con pocas ideas para el desarrollo de sus personajes.

Así, lo que debía ser un tétrico y gótico relato madurativo termina como una película de terror limitada a generar sustos a través de recursos demasiado trillados, como por ejemplo esos clásicos e inevitables golpes de sonido.