Grete, la mirada oblicua

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Coinciden documentales sobre dos vidas ejemplares

Coinciden en estrenarse dos notables documentales de muy distinto estilo pero igual intención: brindar testimonio sobre dos personas fuera de lo común, de esas que además merecen el reconocimiento de sus connacionales, pero son casi desconocidas fuera de su ambiente.

"Grete, la mirada oblicua" nos cuenta la vida de Grete Stern, fotógrafa alemana que se enamoró de un argentino y años después, ya separada, se nacionalizó por amor a la Argentina. Estudió en la Bauhaus, conoció mundo, aportó al ambiente artístico y literario de su época, retrató figuras notables y rincones porteños en precioso blanco y negro, ilustró con fascinantes collages surreales las notas donde dos especialistas (unidos bajo seudónimo) explicaban los sueños de sus lectoras en la revista "Idilio", y anduvo todo el Chaco haciendo el relevamiento de rostros y artesanías indígenas, y enseñando el valor de su profesión.

La película registra lugares, trabajos, cámaras usadas a lo largo del tiempo, explicaciones de sus colegas Sara Facio, Alicia Segal, Marcos Zimmermann, los especialistas Luis Priamo y Paula Bertúa, Roxana Marcoci, senior curator del MoMA de Nueva York, Marcelo Gustin, del Fogón de los Arrieros, y los propios nativos que, ya grandes, se reconocen en las fotos y estiman su posible uso como evidencia para el reclamo de tierras ancestralmente habitadas. Parece mentira que todo esto haya entrado en sólo 65 minutos, pero la experta Matilde Michanié y su codirector Pablo Zubizarreta tienen maña de sobra.