Gravedad

Crítica de María Gabriela Losino - Cine y más...

Con motivo de las 10 nominaciones a los Premios Oscar (incluyendo Mejor Actriz, Mejor Director y Mejor Película), Warner Bros. Pictures reestrena en la Argentina la asombrosa película dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón (“Y tu mamá también”, “Harry Potter y el prisionero de Azkaban”, “Niños del hombre”), quien nos invita a vivir una experiencia cinematográfica nunca antes vista con este drama/thriller espacial en el que lo técnico (sobre todo la tecnología 3D) está al servicio de la historia y lo puramente actoral y no viceversa, como en la mayoría de los casos.

Aquí, estos aspectos se combinan de una manera formidable para narrarnos la tensionante historia de dos -en realidad tres- astronautas que quedan varados en el espacio sideral, a 600 km por encima de la Tierra. Se trata de la Dra. Ryan Stone (brillante desempeño de Sandra Bullock), una técnica en medicina que se encuentra realizando su primera misión espacial a bordo del transbordador Explorer junto con el veterano Matt Kowalsky (George Clooney está muy bien en su papel), un astronauta en su último vuelo antes de retirarse. El equipo se completa con Shariff (Paul Sharma).

Durante una caminata espacial, al parecer de rutina para reparar el Telescopio Hubble (excepcional el plano secuencia de 10 minutos que inicia el film), Control de Misión en Houston (voz de Ed Harris) les advierte que los rusos se deshicieron de un satélite fuera de servicio mediante un ataque con un misil que ha provocado una reacción en cadena y la formación de una nube de desechos espaciales, lo cual genera una catástrofe: el transbordador se destruye y las comunicaciones se pierden, dejándolos completamente solos, a la deriva girando en la vasta oscuridad.

A partir de ese momento ambos protagonistas deberán tratar de mantenerse juntos y así llegar a la Estación Espacial Internacional que finalmente los saque de allí, lo cual es muy complicado para estos dos personajes que se encuentran en “caída libre”. Pero la película se centra más en el personaje de Bullock, el cual carga con un conflicto/trauma previo de su vida personal y con el cual también tiene que lidiar mientras lucha por sobrevivir.

Más allá de lo que tiene que afrontar allá arriba (comienza a acabarse el oxigeno, el combusible, el tiempo y todo lo que pueda ayudarla a regresar a la gravedad de la Tierra), el espacio en sí mismo es una metáfora que la hará reflexionar sobre la aceptación de la muerte y el renacer humano y la clave de ello está en el fragmento en el que ella entabla contacto radial con Aningaaq (voz de Orto Ignatiussen), un pescador Inuit de Groenlandia.

Cuarón, y su hijo Jonás no sólo concibieron una historia que se trata sobre las aterradoras adversidades en la inmensidad del espacio sino sobre esta premisa que menciono en el párrafo anterior. Literalmente y no tanto, ella se ve obligada a aferrarse a algo (“No te sueltes”, señala el lema de la película).