Gravedad

Crítica de Germán Morales - Proyector Fantasma

Como valorar nuestro planeta sin mencionar el calentamiento global

Cuando una película no te deja pensar ni un segundo en otra cosa que no sea el film, y te atrapa a fondo con su trama, estamos hablando de una buena película. Puede no estar bien producida, no tener grandes actores, fallar en continuidad o credibilidad, ni tener un buen guión, pero si te mantiene en vilo y expectante, la entrada valió la pena. Después discutimos otros factores, pero el cine se trata de eso, de contar una buena historia, convincente y emocionante.

Respecto a la película de Alfonso Cuarón, creo que tiene un gran punto a su favor para lograr este sentimiento, en principio, la producción y efectos especiales, de ahí se entiende la confusión del que preguntó cómo se siente filmar en el espacio. Se trata de una representación de la metáfora de la piedra rodante pero en el espacio, donde la desesperación por sobrevivir se siente en el pecho cuando estás en la sala. La doctora Ryan Stone (Bullock) y Matt Kowalsky(Clooney), dos de los tres personajes que ponen el cuerpo en el desarrollo, nos hacen sentir y valorar la gravedad, y como la vida se trata, en definitiva, de aferrarse a un pensamiento, un sentimiento o a la tierra. Después discutimos si hay errores o no, pero el conflicto de Gravity cierra totalmente.
Bah, hay ciertas cosas que no cierran, pocas películas son perfectas. La parte que Sandra Bullock casi se queda sin oxígeno y es rescatada por George Clooney. Todos entendemos que en el cine un minuto pueden ser cinco, pero acá se excedieron un poco. También que el hecho que manden a una persona al espacio con tan poco entrenamiento. En fin, y así. La película falla en algunos aspectos de su historia, pero en definitiva sirven para cargarla de simbolismo.

Más allá de eso, en el conflicto que trae Gravedad, hace valorar un poco la vida en nuestro planeta y las cosas que no consideramos o ponderamos por el hecho de tenerlas de nacimiento. Un poco eso vemos en la vida de la doctora Ryan, que deja su vida en la tierra por la muerte de su hija, y sin nada que perder, termina en el espacio. Ojala fuera tan fácil.

Deja pensando un poco en lo que es la vida para el ser humano, donde uno pone tanta carga emocional en ciertos aspectos personales o afectivos, que aunque parezca todo perdido, ante la amenaza concreta perderla, el instinto es buscar la sobrevivencia. Del otro lado, George Clooney estaba retirándose, dejando el lugar donde estuvo tantos años y con el cual sentía una especie de empatía, sin embargo, su vida estaba allí, por lo tanto, la desesperación de la situación para él no era tal, sino se trataba de una excusa para disfrutar ese momento cara a cara con lo “salvaje” del espacio. Por eso el record era tan importante para él.

Las actuaciones quedan un poco cortadas por el dramatismo del conflicto, los planos detalle te incluyen mentalmente en su persecución. La película es una lucha constante por sobrevivir, y transmite eso al espectador. Por eso es tan efectiva y atrajo tanto a los críticos, su representación de esos momentos de impotencia ante la pérdida nos mantiene con los ojos abiertos. Es inevitable sentir la alegría del contacto y su carga emocional que lleva, que hace que hasta el mínimo e incomprensible intercambio con lo otro, le brinda al personaje y al espectador la consciencia de entidad como ser vivo, y lo hace tan valioso, a pesar de haber sido uno de los momentos más flojos de la película. No entendemos esa otredad y hasta la podemos imaginar, pero nos completa, y en definitiva, nos da vida.

En fin, el dramatismo está hasta el último cuadro, y allí se representa el sentido de la película.

Gravity no es ni remotamente la mejor película del año, pero su carga simbólica y dramática la hace una buena película para cualquiera que la vaya a ver. El cine también es interpretación, y la película no es un manifiesto a favor de la vida, pero expone el hecho que los problemas y los simbolismos están en la cabeza de cada uno, hasta que chocas con el momento de luchar por tu vida. En ese momento se ven los pingos en la cancha.