Grandes héroes

Crítica de Flor Salto - Loco x el Cine

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En una ciudad llamada “San Fransokio”, durante un futuro incierto en el que los norteamericanos han sido conquistados por la tecnológica cultura asiática, habitan dos hermanos: Hiro y Tadashi. Ambos son unos evolucionados cerebritos (nerds, para ser más prácticos) y cuyo pasatiempo es darle dolores de cabeza a la tía que se hizo cargo de ellos desde niños. En especial el pequeño Hiro, un fanático de las luchas robóticas clandestinas que no para de meterse en problemas. Eso hasta que su hermano mayor, lo convence para que presente un proyecto propio en la feria anual de ciencia que ofrece la universidad más importante de la ciudad. La exposición del niño, será un éxito rotundo entre los presentes, lo cual le valdrá un pase directo como nuevo estudiante regular en la institución. Pero la ciencia es todo menos un juego, y por eso ocurrirá un accidente sin precedentes, que dejará a Hiro hecho pedazos. Tan herido está, que activará los sensores de Baymax, un robot más suave que un malvavisco, creado por Tadashi para atender todo tipo de emergencia médica. Con él comenzará la aventura, porque el protagonista de carne y hueso, lo utilizará como escudo para resolver un enigma que le ha quitado el sueño, convirtiéndolo en una heroica máquina de defensa que también ayudará a que la vida de Hiro se reconstruya cual magnetos, mientras un equipo de valientes jovenzuelos se unen a la causa, formando un nada improvisado “team vengador”.

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El poder de Disney para crear personajes entrañables, es admirable. Cada año nos sorprende con algún largometraje animado, que secuela o no, suele ser un éxito entre niños, jóvenes y adultos. Grandes Héroes (Big Hero 6, 2014), llega en las postrimerías del año, con la idea de plantear una utopía que no pareciera estar tan alejada de la realidad. Como siempre, los golpes bajos inauguran el clímax del film, y nos ayudan a comprometernos aún más con el contenido del guión. Un guión que cuenta con ese robot grandulón, un poco torpe y con un corazón (bah, con un chip) tan noble como El Chapulín Colorado. Baymax es como la versión bonachona del famoso y recordado villano que tenían los Cazafantasmas. Gracias a sus constantes preguntas o planteos lógicos, el gigante globo blanco se roba la película, sacando mucha ventaja al resto de los personajes que, digamos, vienen de un molde estándar. Pero más que nada, demostrará que no se necesitan unos músculos gigantes para ser un Superman cualquiera; es el cauce de la sabiduría y la pureza del alma, lo que hacen a alguien invencible.

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Ya se ha planteado en infinidad de películas el hecho de que algún día, las máquinas podrían ser nuestros “iguales”, ya sea como colegas de trabajo, ayudantes, aprendices, y hasta familiares. Sin embargo, dentro de esa perfección que le otorga la mano humana inteligente, está la imperfección de no poder sentir como cualquiera de nosotros. Depende de qué lado lo veamos, puede ser una ventaja o una desventaja, pero el que nace sabiendo lo que son los verdaderos sentimientos como el dolor, el amor, la decepción, la alegría, la ira, etc., no creo que elegiría estar hecho de un material que no contenga órganos vitales, piel y huesos. ¡Tres hurras por la vida, los amigos y los seres queridos!