Goodnight mommy

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Llega por fin a salas Goodnight Mommy, película de género austríaca que logró destacarse desde festivales hasta estrenos comerciales a nivel mundial.
Dirigida y escrita por Veronika Franz y Severin Fiala, Goodnight Mommy es una película no exactamente de terror, sino más bien de suspenso. Dos niños gemelos que viven en medio del campo ven regresar, mientras juegan inocentemente, a su madre a la casa tras un paso por el hospital, pero ésta llega vendada, sin posibilidad de verle el rostro. El problema es que de a poco los niños la van notando cada vez más cambiada hasta el punto de creer que quien regresó no es su verdadera madre.

Detrás del curioso personaje de la madre está la actriz Susanne Wuest, quien sin necesidad de utilizar expresiones faciales logra impregnar a su personaje de oscuridad y misterio. Un personaje que se esconde de la luz y de la compañía, que prefiere encerrarse y mirarse al espejo, espejo, elemento clave de un relato sobre imágenes reflejadas.

No obstante el plato fuerte está en la interpretación de los hermanos, hermanos gemelos también en la vida real. Ellos llevan esta historia retorcida y lúgubre a través de senderos donde reina el suspenso antes que el terror, o mejor dicho es un terror no surgido a través de sustos específicamente, sino más bien de cosas desagradables a la vista. Es que una de las cosas que mantiene entretenidos a estos niños es la obsesión que tienen con los insectos, a quienes encierran en frascos o incluso queman.

El guión de las realizadoras es más que efectivo, cierra por todos lados pero también es cierto que, tal como podemos esperar de una película en la que no todo es como parece, su vuelta de tuerca es revelada un poco después de ya haber comenzado a insinuarla y pensarla como tal el espectador. Es así que la primera mitad peca de ser un poco más lenta, y es en la segunda cuando se pone más carne sobre la mesa.

La fotografía apoyada en sombras y ciertos rincones de la casa, más bien en tonos oscuros, y la dirección de arte, sumado a una pesadillezca banda sonora con canciones alemanas, terminan de hacer de esta película algo aterrador.

Goodnight Mommy no falla a la hora de crear y mantener estos climas perturbadores. Sin necesidad de recurrir a golpes de efectos, o de llevar lo desagradable a un fuera de plano, esta película es un relato macabro sobre lazos filiales que apuesta todo el tiempo al realismo para que todo se nos sienta aún más espeluznante.