Goodnight mommy

Crítica de Diego Papic - La Agenda

No sé qué tendrá Austria, pero un país que ha dado a Adolf Hitler, a Josef Fritzl y a Michael Haneke es de temer. Hay algo oscuro, una desviación mental que llega a límites que uno no puede imaginar. No sé si se puede analizar psicológicamente a todo un pueblo (tiendo a creer que no), pero no son pocas las películas austríacas perturbadoras y enfermas. Está también Ulrich Seidl, director de la trilogía Paradise, de Dog Days y de Import Export, todas películas en las que el sexo, digamos, no convencional, hace avanzar la trama.

Y es el nombre de Ulrich Seidl el que vemos primero en los títulos de Goodnight Mommy, película que se estrenó hace dos años en el Festival de Venecia, pasó el año pasado por nuestro BAFICI y recién hoy llega a los cines. Tarde pero seguro, porque aunque está disponible en buena calidad para bajar, es recomendable verla en pantalla grande, a oscuras, dejándose absorber por las imágenes. Decía que aparece Seidl porque es el productor de esta ópera prima de ficción de Severin Fiala y Veronika Franz.

Dos chicos, hermanos gemelos (interpretados con una madurez impactante por Lukas y Elias Schwarz), juegan en los alrededores de una casa de campo. Esa primera secuencia, previa a los títulos, dicta el tono de lo que vendrá: una puesta en escena rigurosa -con mucho cuidado de cuándo y cómo los personajes entran y salen del plano- y una música y sonido que contribuyen al ambiente de terror. Intuimos que algo les va a pasar a esos chicos indefensos.

Cuando entran a la casa vemos que viven solos con su madre (Susanne Wuest) que tiene toda la cabeza vendada. No sabemos bien por qué: una operación o un accidente; tampoco sabemos qué hay debajo del vendaje. Pero los hermanos pronto empiezan a sospechar que esa mujer no es su madre.

Goodnight Mommy es una película de terror bastante clásica desde lo estructural -hay un par de vueltas de tuerca muy inteligentes- pero que tiene el toque austríaco justo de perversión para resultar más terrorífica que la media. Fiala y Franz tienen un dominio perfecto de la historia y de la puesta en escena, saben adónde quieren ir y pasean de las narices al espectador. No es casualidad que se destaque también el director de fotografía Martin Gschlacht: Goodnight Mommy nos da miedo con unas imágenes precisas, cuidadosamente planeadas. Jugadas de pizarrón.

Esto es, claro, hasta la última parte, que… bueno, mejor no decir nada.

Vienen estrenándose últimamente grandes películas de terror. A La bruja y Avenida Cloverfield 10 ahora se le suma Goodnight Mommy. Quizás sea la mejor, aunque eso se puede discutir. Lo que no se puede negar es que es, por lejos, la más aterradora de las tres.