Good Time: Viviendo al límite

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

Los hermanos Safdie nos ofrecen un film indie que se encuentra entre los thrillers de la vieja escuela y el cine de autor. “Good Time” representa una pequeña sorpresa dentro de los estrenos de la semana que nos recuerda un poco a “Tarde de Perros” de Sidney Lumet y al cine de Nicolas Winding Refn (en especial a “Drive”) en su forma de presentar ese entorno urbano totalizador y condicionante para los protagonistas. La película nos muestra esa parte de New York más marginada y menos conocida donde se destaca lo callejero y un sector social relegado. Es en aquel escenario donde Connie Nikas (Robert Pattinson) se embarca en una odisea en pos de conseguir dinero para poder pagar la fianza que deje a Nick, su hermano con problemas mentales (Ben Safdie), en libertad. Cabe destacar que el sujeto termina en prisión luego de un torpe robo a un banco del dúo consanguíneo que buscaba recursos económicos para escapar de una realidad que los tenía apresados en un contexto desfavorable.

La película no para un segundo. Desde el comienzo arranca con un ritmo frenético cuando Connie saca a Nick de una sesión de terapia alegando que lo estaban maltratando. A partir de allí, comenzará un viaje donde no sabremos demasiado sobre los personajes salvo lo justo y necesario. Connie quiere salvar a su hermano a toda costa, primero intenta por la vía “legal” y luego buscará sacarlo de la cárcel con medios poco ortodoxos.

El largometraje es sencillo pero efectivo, con un guion trabajado que lleva al personaje de Robert Pattinson a través de un tour de forcé implacable. No tendremos mucho background para conocer a Connie, pero sí se nos presentará la motivación de este antihéroe que quiere salir de un sistema que le impide progresar. Pattinson compone un papel soberbio en lo que podríamos llamar su mejor trabajo hasta la fecha. Sorprende su habilidad para interpretar a este sujeto que, cual héroe de tragedia griega, tiene su destino adverso prácticamente fijado.

Otra de los puntos altos de “Good Time” tiene que ver con el espléndido trabajo de cámara logrado para contar la historia, intercalando primeros planos que se meten en la intimidad de los personajes con planos generales perfectos para retratar las persecuciones nocturnas y desenfrenadas. Todo esto es acompañado por luces de neón y una banda sonora vibrante compuesta por Daniel Lopatin (“Oneohtrix Point Never”), que logra insuflar al relato de una estética musical bien marcada por medio de algunas melodías electrónicas con aire ochentoso repletas de sintetizadores. No por nada la banda sonora ganó el Soundtrack Award 2017 en el Festival de Cannes.

“Good Time” es una película emocionante que no dejará indiferente a ningún espectador. Un relato bien narrado e interpretado que busca redimensionar al thriller con un sello personal de los hermanos Safdie.