Good Time: Viviendo al límite

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Podría, y con buen continente, recorrer el análisis de éste filme a partir del titulo original “Good Time” y pensarlo como una parodia, pero estaría falseando en términos del género al que se adscribe.

Esta producción de los hermanos Benny y Josh Safdie es claramente un thriller con todos los elementos necesarios puestos en juego, con claras reminiscencias de realiaciones como “Después de hora” (1985) de Martín Scorsese, y en menor medida, y del mismo director, a “Taxi driver” (1976).

El punto es que si bien todo se muestra a una proliferación de escenas con muy buen ritmo, nunca decae en tanto estilo y potencia narrativa, el fallo principal se encuentra en el guión, específicamente en la presentación y posterior desarrollo de los personajes principales. Lo cual hace que la trama se vaya desdibujando en medio de las subtramas que intenta exponer, que no termina de exhibir y menos desplegar.

Connie Nikas (Robert Pattinson) es un delincuente de poca monta y peor suerte, que decide retirar a su hermano Nick (Benny Safdie) de una clínica psiquiátrica, donde esta internado, para asaltar un banco.

De la mala suerte que les da de lleno contra el destino a los hermanos, a peores decisiones que van conformando un pesadillezco trillo nocturno y violento. Un robo que termina con Nick preso y hospitalizado, y Connie con la obligación de rescatarlo, tanto por la posibilidad que su hermano pueda confesar, impulsado por dos variables, entre la culpa por el resultado y el miedo de lo que pueda sucederle.

El punto es que Nick es claramente un discapacitado mental, casi podría diagnosticarse como Débil Mental, con procesos de pensamientos demasiados lentificados, impulsivos, con incapacidad para la simbolización, la otra contrariedad es que Connie no es una luminaria tampoco.

Aunque el texto los contrapone como uno muy por encima del otro, casi protector, pero a las decisiones que toma no lo aleja demasiado e injustifica la presentación de los mismos en representaciones de verosimilitud.

Dicho de otro modo, si la idea es mostrar la crudeza de la violencia cotidiana en las grandes ciudades, la elección del perfil de los personajes impide que se identifique como idea primaria.

Si es de mencionar que Robert Patinson se desprende de los personajes que lo hicieron famoso, el modelo para armar adolescente, hasta podría decirse que esta es la mejor actuación de su carrera, lo que ni implicaría bondades, el rictus facial y físico con el que circula a lo largo del metraje no tiene la más mínima variación, no hay otra expresión. En un punto más alto Bennie Safdie. también codirector de la cinta, le da otra carnadura a su personaje, en tanjto que los demás actores, entre ellos Jennifer Jason Leigh, tienen muy poco tiempo en pantalla y menor incidencia en el relato.

El diseño de producción, la disposición de prevalecer la forma sobre el contenido, pulso en tensión, cámara nerviosa, cortes y montaje de planos cortos, de detalles en escenas de acción a la letanía cuando intenta instalarse en el drama.

No aburre, es verdad, mantiene la atención del espectador a base de vertiginosidad y eso es todo un logro hoy en día.