Good Time: Viviendo al límite

Crítica de Florencia Orsetti - Malditos Nerds - Vorterix

PATTINSON, ¿QUÉ TE PASÓ?

Un thriller neo noir de esencia independiente que puede cautivar a las grandes audiencias
Benny y Josh Safdie son directores del desencanto juvenil y lo urbano. Se ganaron un lugar de culto en el cine indie americano con su thriller romántico Heaven Knows What (2014), pero Good Time (2017) pegó el salto a lo grande cuando estuvo nominada para la Palma de Oro en Cannes este año. De estética neo noir y una banda sonora synthwave que quita el aliento, la película es un drama que no para nunca y nos presenta a Robert Pattinson como nunca lo vimos. Solo por eso último merece mucho la pena.

Connie (Robert Pattinson) quiere mucho a su hermano Nick (Ben Safdie, quien además de dirigir, actúa), que tiene un retraso madurativo lo suficientemente agudo como para que peligre su vida si decide seguir los pasos de su hermano. Decidir es una palabra muy fuerte en su vida, de todas formas, ya que el personaje de Pattinson lo termina arrastrando a robar un banco. El acto criminal no sale como fue planeado y, pronto, Nick termina tras las rejas y Connie se decide a hacer todo lo posible por liberarlo. Y cuando digo todo, es todo.

No es la primera vez que vemos a Pattinson en un papel que rompe con la ñoñez de Crepúsculo. Le fue bien en sus participaciones con el director David Cronenberg, Cosmopolis (2012) y Maps to the Stars (2014), por nombrar algunas, pero nunca había tenido un protagónico tan tenaz. Su personaje va perfecto con el mundo de la película, oscuro y de bajísimo estirpe. Good Time (2017) es un retrato del costado más inmundo y sucio de Nueva York y Connie es el arquetipo que transita esas calles, el avatar de generación desilusionada, que ya no cree en los valores de familia ni en la estabilidad económica o que los tiene distorsionados. El crimen y las drogas son moneda corriente en su día a día y la impulsividad y el egoísmo su lenguaje para lidiar con las demás personas y las distintas situaciones.

Good Time (2017) es un thriller urbano que pisa el acelerador en varias ocasiones, aunque se detiene por momentos para dar un relato más detallado, crudo y humano de las vidas del bajomundo. Termina siendo una película de ritmo irregular, pero que sorprende justo en el momento en que sentimos que no va a ningún lado y aunque el final es predecible para Connie, resulta satisfactorio ver el destino de Nick, en una escena final que resignifica varios puntos.

La odisea de Connie por salvar a su hermano parece una tragedia moderna llena de tretas y obstáculos que vencer y está orquestada de manera maravillosa a nivel visual, con tonos fluorescentes, neón por doquier y una estética heredera del cine de crimen de los 70, de directores como Martin Scorsese (que, de hecho, va a producir la nueva película de Benny y Josh Safdie). La banda sonora de sintetizadores retrofuturista proyecta la intensidad con la que avanza el thriller y es de ritmo tan agitado como la vida en las calles y los actos vandálicos de Connie.

Los Safdie no escapan del cine de género, por lo que la película no deja de tener una impronta “de autor”, pero el elenco con actores y actrices de renombre –además de Pattinson está Jennifer Jason Leigh– y el ritmo llevadero, hilado por crímenes uno tras otro como si estuviesen guionados sobre rieles, hacen de Good Time (2017) una película para más audiencias que todo lo anterior que vimos de sus directores.

Robert Pattinson encarna los males de un retrato crudo, pero atrapante del infierno que pueden ser los barrios bajos de Nueva York. Visualmente cuidada y de banda sonora electrizante, solo decae un poco en el segundo acto.