Gonjiam: hospital maldito

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

El hospital psiquiátrico Gonjian ubicado en la localidad de Gwangju, en Corea del sur, en los últimos años obtuvo gran popularidad por ser reconocido como uno de los edificios embrujados más aterradores de ese país.
De acuerdo a la leyenda popular el lugar cerró sus puertas a fines de los años ´90 cuando se empezaron a acumular las muertes de pacientes que no tenían explicación.
La energía del edificio aparentemente estaría afectada por la presencia de fantasmas de personas que murieron durante la Guerra de Corea de 1950.
El hospital quedó abandonado con todo el mobiliario y la verdad que es un lugar perturbador. Se hicieron documentales de televisión que cubrieron este tema y hay bastante información en internet.
Obviamente la industria del cine coreano no se iba a perder la oportunidad de realizar un film de horror y Gonjian: Hospital maldito no hizo otra cosa que explotar esta cuestión.
Algo que no les hizo ninguna gracia a los corredores inmobiliarios que hace más de una década intenta vender sin éxito esa propiedad.
Después de este film creo que sus posibilidades serán prácticamente nulas.
El director Jeon Beom-Sik, quien ya había abordado una historia de hospitales embrujados en Epitafio (2007), en este caso desarrolló la trama dentro del subgénero del found footage, que en el pasado brindó numerosas películas similares.
Sin ir más lejos, Gonjian es muy parecida a Terror en Chernobyl que trabajaba el mismo concepto con la ciudad abandonada de Priyapt, tras el accidente en la planta nuclear.
La película de Beom-Sik hace un gran trabajo con la reconstrucción del hospital embrujado y esas atmósferas agobiantes que presenta.
Este es una propuesta donde la curiosidad que despierta el escenario es más interesante que el relato que se narra, que ya lo vimos infinidades de veces desde el estreno del Proyecto Blair Witch.
No hay grandes sorpresas en ese sentido y la trama es muy predecible debido al enorme desgaste que tiene este subgénero.
No obstante, el film está bien hecho y hacia el final cuenta con algunos momentos de terror efectivos.
Para los espectadores que todavía no se cansaron de ver esta clase de relatos puede ser una opción a tener en cuenta, pero no esperen encontrar algún elemento novedoso.