Gonjiam: hospital maldito

Crítica de Ayelén Turzi - Cinergia

El asilo abandonado Gonjiam es considerado uno de los lugares más embrujados de Corea del Sur. Es un manicomio que cerró en 1996, generando una serie de leyendas urbanas sobre su clausura, que van desde problemas legales de su dueño hasta la desaparición de sus pacientes. Gonjiam: Haunted Asylum (Gonjiam: Hospital Maldito), de Jung Bum-shik, y con actuaciones de Wi Ha-Jun, Park Sung-Hun, Lee Seung-Wook, Oh Ah-Yeon, Park Ji-Hyun, Yoo Je-Yoon y Mun Ye-Won, plantea una exploración urbana a la locación. Sus resultados son terroríficos.

Un grupo de jóvenes productores de un programa que se transmite en vivo por internet propone una exploración al asilo. Mezclando ingenuidad con ganas de producir, el grupo llega al edificio, equipados cada uno con una cámara Go-Pro que, al mejor estilo Blair Witch Project, nos permite seguir los pasos de cada uno. El principal motivo de la visita es desentrañar qué hay detrás de un suicidio masivo de pacientes sucedido a fines de la década del ’70 y el espectador va descubriendo las pistas a la par de los aventureros, atando cabos y rearmando la historia de lo que realmente sucedió.

La película no se propone revolucionar el género, y mucho menos el cine. Es un relato muy sencillo, sin mayores vueltas o revelaciones, que, al estar contado mediante la técnica de found footage, se ubica dentro de esas películas que se permiten ser desprolijas abaratando costos a la vez que aprovechan un lenguaje frenético e irregular cada vez más frecuente.

Ya sea por desarrollarse en un lugar que aparentemente está embrujado en la vida real o por la simpatía que nos generan sus personajes, el verlos en peligro se traduce, por momentos, en miedo efectivo. Es que el identificarse con estos chicos que podrían ser cualquiera de nosotros es lo que permite meterse de lleno en el relato y acompañarlos en cada paso que dan, en cada recoveco donde se meten. La película va directo al jumpscare, al sobresalto, sin intentar ahondar mucho en la generación de climas o ambientes: todo es vertiginoso y por momentos confuso.

Y si con lo que te conté no te convencí para ir a verla, sumo un dato adicional: es la segunda película de terror más exitosa de Corea del Sur. Allá se estrenó en marzo de este año, recaudando $19.9 millones de dólares en base a los 2.67 millones de espectadores que fueron a verla, solo superada por Janghwa, Hongryeon (A Tale of two Sisters, 2003), de Kim Ji-Woon.