Godzilla

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

En la conmemoración de su 60 aniversario este prócer del cine pochoclero finalmente recibió el tratamiento que se merecía en la pantalla grande.
La nueva versión de Godzilla es la mejor película que se hizo desde el 2001, cuando se estrenó en Japón, Godzilla, Mothra and King Ghihora: Giant Monsters All-Out Attack, una gloriosa producción que reunió al Dream Team de los monstruos japoneses.
Este estreno de los estudios Warner supera claramente en todos los campos a la película que presentó Roland Emmerich en aquella decepcionante propuesta de 1998. En este caso la dirección quedó a cargo del inglés Gareth Edwards, quien sorprendió en el 2010 con el film independiente Monsters.
Con esta segunda película debutó en la industria de Hollywood y salió muy bien parado del desafío que implica trabajar semejante clásico del cine. Después de las últimas historias lisérgicas que se hicieron en Japón con este personaje, el director Edwards volvió a las fuentes y abordó el film con una trama que rememora el dramatismo que tuvieron la obra original de Ishiro Honda de 1954 y El regreso de Godzilla (1984).
Por lo general en las producciones hollywoodenses los monstruos gigantes siempre fueron los villanos y los héroes se encontraban entre los humanos. Este estreno trabajó la otra versión de Godzilla, que siempre tuvo una enorme popularidad en Asia, donde el monstruo cumple el rol de antihéroe, al ser representado como una fuerza de la naturaleza que surge para enfrentar a otras criaturas más peligrosas.
Lo atractivo de este enfoque es que siempre le brindó a los realizadores la posibilidad de crear peleas entre monstruos que generaron escenas memorables dentro del cine fantástico.
Queda claro que el director Edwards trabajó a Godzilla con el respeto por el personaje original y la pasión por el género que no tuvo la película de Emmerich.
Inclusive el monstruo recuperó el aspecto tradicional de los filmes de los estudios Toho, a los que esta nueva propuesta homenajea en más de una escena.
Entre las figuras del reparto sobresale especialmente la interpretación de Bryan Cranston (Breaking Bad), quien tiene excelentes momentos dramáticos en la historia. En materia de realización, el film cuenta con un gran trabajo en los aspectos visuales y la ejecución de las escenas de acción que son impecables. Es un placer poder ver una historia de este estilo donde los momentos de acción más espectaculares parecen reales y uno se olvida por completo de los efectos especiales.
Aunque Godzilla tarda en aparecer la espera vale la pena y luego la película sorprende con secuencias completamente épicas cuando se centra en el combate de los monstruos.
Si tuviera que objetarle algo a esta producción es el diseño de los bichos villanos, a los que no le pusieron mucha onda. Comparados con otros enemigos clásicos de Godzilla, que eran más carismáticos, como King Ghidora, Rodan, Gigan y Destoroyah, los nuevos oponentes del querido reptil son bastante olvidables y encima se parecen a la criatura de Cloverfield. En ese sentido, Pacific Rim presentó monstruos más originales.
Salvo por ese mínimo detalle nerd, Godzilla es una gran película pochoclera que brinda un entretenimiento de calidad dentro de este género y por eso merece su recomendación.
El Dato Loco:
Para aquellos que desean saber más sobre este ícono de Japón, en los siguientes links pueden encontrar una selección de los títulos esenciales de este personaje que recomiendo ver y no tienen desperdicio.
Godzilla: Lo mejor de su filmografía y Godzilla: Lo mejor de su filmografía II.