Godzilla vs. Kong

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Es un auténtico duelo de titanes. Godzilla vs Kong, o como han querido ingeniosamente vender en algún poster God vs King (Dios contra Rey), es un espectáculo mayúsculo en cuanto a que no hay posible pelea que supere, en talla y tamaño, a la de estos dos monstruos.

Y que, claramente, es el primer tanque o blockbuster en estrenar internacionalmente en lo que va de este 2021 pandémico.

Nombrados por orden alfabético, suponemos, porque en las acciones y la trama está claro que la balanza se inclina más por el simio que por el lagarto gigante radioactivo, Godzilla y Kong combatirán bajo el agua, a bordo de un portaaviones o destrozando una ciudad.

Porque las escenas de destrucción son a una escala que no es, claramente, la humana.

Dentro del género de Kaiju-eiga o películas de monstruos, criaturas gigantescas que atacan o protegen a la humanidad, Godzilla vs Kong es considerablemente mejor que la anterior del lagarto en solitario y hasta que Kong: la Isla Calavera. Que no estaba nada mal.

Buena

Godzilla vs Kong: Duelo de titanes
Es un espectáculo mayúsculo, con batallas sin escala, con Millie Bobby Brown (“Stranger Things”) entre los humanos.

Con Alexander Skarsgård, Millie Bobby Brown, Rebecca Hall.

Pablo O. Scholz
Pablo O. Scholz

24/03/2021 - 12:04 Clarín.comEspectáculosCine
Actualizado al 24/03/2021 - 16:22
Es un auténtico duelo de titanes. Godzilla vs Kong, o como han querido ingeniosamente vender en algún poster God vs King (Dios contra Rey), es un espectáculo mayúsculo en cuanto a que no hay posible pelea que supere, en talla y tamaño, a la de estos dos monstruos.

Y que, claramente, es el primer tanque o blockbuster en estrenar internacionalmente en lo que va de este 2021 pandémico.

Nombrados por orden alfabético, suponemos, porque en las acciones y la trama está claro que la balanza se inclina más por el simio que por el lagarto gigante radioactivo, Godzilla y Kong combatirán bajo el agua, a bordo de un portaaviones o destrozando una ciudad.

En "Godzilla vs Kong" no hay escala humana. La destrucción es masiva. FOTO: WARNER BROS.

Porque las escenas de destrucción son a una escala que no es, claramente, la humana.

Dentro del género de Kaiju-eiga o películas de monstruos, criaturas gigantescas que atacan o protegen a la humanidad, Godzilla vs Kong es considerablemente mejor que la anterior del lagarto en solitario y hasta que Kong: la Isla Calavera. Que no estaba nada mal.

Godzilla, el lagarto gigante radiactivo, irrumpe y destroza. FOTO: WARNER BROS.

Aquí los efectos son impresionantes, no solo por la magnitud. Vayamos a los detalles: desde el paladar de Kong, que vemos y que nos hace sentir que, realmente, debe tener mal aliento, a los ojos del simio, año tras año los efectos siguen perfeccionándose.

Para quienes siguen o no a los (nuevos) monstruos, hay dos líneas narrativas: la de Godzilla, con Millie Bobby Brown, Kyle Chandler como el padre de la estrella de Stranger Things, que ya habían aparecido, y la de Kong, con Alexander Skarsgård, Rebecca Hall y Kaylee Hottle como Jia, una niña huérfana con la que el simio se comunica por el sistema de señas. Sí, porque Kong habla, no como el lagarto que sólo ruge.

A ellos se suman Demián Bichir (Cielo de medianoche), como el empresario ambicioso y loco, que siempre hace falta en estas películas, y la mexicana Eiza González (la enamorada de Rosamund Pike en Descuida, yo te cuido y Baby Driver).

Godzilla es presentado como el “malo”, ya que, de la nada, emerge de las aguas y ataca a los humanos. La idea es que lleven a Kong, que estaba confinado en una suerte de domo, hasta la Antártida, para descubrir “otro mundo”, del que habrían surgido sus antepasados.

Porque esto es ciencia ficción, o qué pensaban.

Y allí, camino al Sur, Godzilla se cruza con el portaaviones donde llevaban, adormecido y encadenado, a Kong.

Para qué contar más.

Podía parecer raro que llamaran a Adam Wingard para dirigir la película. La había pifiado con la remake de El proyecto Blair Witch (Blair Witch: La bruja de Blair, 2016), aunque sí la había acertado con Cacería macabra (2013). Es un tipo que proviene del movimiento de cine de terror independiente estadounidense denominado Mumblegore, pero con Godzilla vs Kong demuestra que la silla de director no le quedó grande.

Es cierto que lo rodearon bien: los coguionistas son Eric Pearson (Thor: Ragnarok y la inminente Black Widow, que estrenará en salas y por Disney + en simultáneo), y Max Borenstein, que no es pariente de Tato, pero sabe de qué se trata el MonsterVerse, porque escribió los guiones deGodzilla, Kong: La Isla Calavera y -ay- Godzilla II: El rey de los monstruos.

En síntesis, hay que verla en cines, en la pantalla más grande que se pueda -se estrena en IMAX- para “vivir” mejor la experiencia