Godzilla vs. Kong

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

He aquí otra franquicia que se hunde por su propio peso. Para ser exactos ver Godzilla vs Kong te da la misma sensación de Mujer Maravilla 1984: un bolazo pretensioso que tiene algunos momentos buenos pero que jamás volveré a ver. Oh, si, los planos en Ultra HD de King Kong y Godzilla son geniales, las peleas en las ciudades infestadas de edificios de neón son mortales… pero, en el medio, un aburrimiento terrible. Hasta llega un punto en que querés que las batallas terminen y pase algo realmente interesante. Terminé bostezando y cabeceando sobre el final de la película simplemente porque unos geniales efectos especiales no son sustitutos de una buena historia.

Al lado de esto Godzilla 2014 y Kong, la Isla Calavera (por lejos la mejor película del Monsterverse) son obras maestras. Acá está Tarzán como científico renegado, al cual le dan el poder de movilizar toda una flota de portaaviones y poner a su servicio billonarias instalaciones militares sin que alguien chiste. Rebecca Hall traduce los gestos de una piba sordomuda que puede comunicarse con Kong ya que el simio aprendió el lenguaje de señas. Honestamente esa ocurrencia no me parece una atrocidad; una atrocidad es, en cambio, el tema de de la Tierra Hueca donde estos tipos van a buscar una fuente de energía (!!!!!) capaz de destruir a Godzilla (que se ha vuelto loco) y, encima, todo ese viaje es muchísimo menos interesante de lo que debería debido a una saturación de efectos especiales. Ah!. Y que Kong es descendiente de una raza de primates inteligentes capaces de construir templos y armas. Verlo a Kong con la Stormbreaker de Thor darse murra con Godzilla… no sé si es digno de aplauso o una de las ocurrencias mas ridículas de la historia.

La primera King Kong vs Godzilla de 1962 era una estupidez monumental, con terribles diálogos y gente en trajes de goma. Pero hay algo que tiene que ver con el sabor de lo vintage + el sabor del pastiche que supone el cine fantástico japonés que te permite tolerarla. Es posible que cuando uno ve el logo de la Toho, japoneses haciendo carotas y monstruos de goma pisando maquetas de cartón uno se ponga en onda de “esto ya lo vi, es un bolazo pero es entretenido”. En cambio cuando ponés a un montón de actores de calidad (con efectos especiales de la hostia) a recitar malos diálogos y teorías científicas inventadas por un pibe de cinco años, la reacción inevitable es poner los ojos en blanco y decir “que desastre que es esto; ¿no se les podía ocurrir algo mejor?”. Imitar el sicotrónico cine fantástico japonés metiéndole cientos de millones de dolares en producción no da resultado. Godzilla vs Kong quizás hubiera funcionado mas como una película de dos mangos de The Asylum, algo que te pone en el humor adecuado ya que lo que vas a ver es un bolazo sideral. Acá la gente se toma muy en serio las cosas, hay muchas volteretas de los personajes que no le interesan a nadie (Brian Tyree Henry es el peor ofensor de los sentidos con su paranoico conspirativo que habla a dos mil por hora; las escenas con Kyle Chandler podría haber desaparecido en el cuarto de edición y nadie lo hubiera extrañado; el pibe Tennison es increíblemente anodino; y gente con carisma como Billie Bobby Brown, Alexander Skarsgard y Rebecca Hall son devorados por una trama pasada de sandeces y bobadas siderales (hacer un agujero hacia el centro de la Tierra con el aliento atómico de Godzilla; ¿en serio?; ¿después los tipos se ven a través del túnel – que debe tener miles y miles de kilómetros de largo – como dos vecinas que se ven por encima de la medianera?). Ni siquiera el villano invitado te hace ruido. Nop, poco y nada de lo que hay en el filme funciona.

Es posible que la próxima vez que veas Godzilla vs Kong sea para probar lo magnífica se ve tu nueva TV 8K de 85 pulgadas porque, visualmente, es un orgasmo. Pero el filme se va en cosas que no son interesantes, los personajes son anónimos y las peleas terminan por saturar. Ni aún con el hambre de ver cosas espectaculares que te da la pandemia (y que te hace abrazar con fruición cosas pasables o mas destacables como Greenland o La Liga de la Justicia de Zack Snyder) te permite darle un cheque en blanco a Godzilla vs Kong. Es un filme mediocre con millones de oportunidades y recursos para hacer las cosas interesantes (¿por qué no dejaron que toda la trama ocurriera en la superficie?; daba un filme mas breve y menos disperso) pero que no las hace, salvo darte unos planos visuales que son dignos de un aplauso de pie.