Glass

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Sexto sentido, tercer largometraje de M. Night Shyamalan, fue uno de los títulos más memorables de la década del noventa. Con la popularidad alcanzada e incluso con cierto prestigio, el director realizó por lo menos tres grandes películas más. El protegido, Señales y La aldea. De esos tres títulos, solo El protegido (Unbreakable) logró la aprobación casi unánime de la crítica y fue considerado, hasta hoy, su mejor película. Señales y La aldea ya dividieron aguas y comenzaron una contracorriente que de forma ridícula y exagerada ubicó a M. Night Shyamalan como uno de los directores más atacados de las décadas siguientes. Su filmografía entonces perdió fuerza y su nombre quedó relegado a un segundo plano. Recién con Fragmentado (Split, 2016) logró llamar la atención nuevamente. Y lo soy no solo porque la película fue mejor recibida, sino porque también se conectaba con la mencionada El protegido. La unión de su film más prestigioso con un regreso a la taquilla y las buenas críticas, auguraba al menos un título más para tener en cuenta. La película Glass es una secuela de El protegido y Fragmentado.

Han pasado muchos años después de la historia que narraba El protegido y menos desde la de Fragmentado. David Dunn (Bruce Willis) sigue en su cruzada contra los criminales, ahora con la ayuda de su hijo Joseph (Spencer Treat Clark) y por supuesto Kevin Crumb y sus múltiples personalidades (Jame McAvoy) sigue haciendo de las suyas. Ahora los personajes se vuelven a cruzar, pero terminan juntos en una institución mental donde también está Mr. Glass. Una doctora (Sarah Paulson) especializada en trastornos psicológicos vinculados con las figuras de los superhéroes tiene la oportunidad de atenderlos y curarlos. Los espectadores sabemos que los poderes que tienen son reales, aunque el estilo realista de la película busque cierta ambigüedad, pero la tensión de la película está en saber si esos poderes se darán a conocer para todos o no.

Si no estuviera dirigida por M. Night Shyamalan y si no estuviera conectada con El protegido, Glass será una película completamente irrelevante, con grandes hallazgos visuales pero con una narración general que nunca arranca y un suspenso que jamás llega a donde promete. Grandes actores desperdiciados, en particular Bruce Willis, que tiene un rol muy menor en comparación con sus compañeros de elenco. Y el show de McAvoy que a esta altura resulta tan irritante como las personalidades que sobre actúa en cada momento. Se ha difícil tolerarlo, más aun dentro de este guión sin ninguna gracia. Como una imitación fallida de El protegido, sin fuerza ni el más mínimo impacto emocional, solo se pueden destacar algunos momentos de puesta en escena, el resto no vale la pena.