Ginger & Rosa

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Ginger y Rosa es esa clase de películas que tiene la originalidad de una secuela del Vengador Anónimo (Charles Bronson) pero se termina por disfrutar debido al trabajo de los actores.
La verdad es que historias como estas se hicieron a patadas en las últimas décadas a tal punto que se terminaron por volver completamente predecibles.
Adolescentes que tienen que lidiar con los problemas de esa edad y viven en tiempos convulsionados como la década del ´60.
De hecho, hace poco se estrenó la comedia de Julie Delpy, Verano del ´79, que con una propuesta más encarada por el lado del humor exploraba temáticas sociales similares a las de Ginger y Rosa.
La virtud de esta película es que pese a ser una propuesta trillada la trama se vuelve llevadera gracias a las interpretaciones de las protagonistas.
Muy especialmente Elle Fanning (Super 8), quien es una de las grandes revelaciones juveniles de estos últimos años.
La verdad que la hermana menor de Dakota Fanning tiene un futuro enorme y en este trabajo brinda una labor excelente que representa la principal razón por la que vale la pena recomendar esta película.
La espontaneidad con la que encaró su personaje logra que te olvides de todos los momentos trillados y melodramáticos que tiene el guión.
En este caso las típicas situaciones que genera la angustia adolescente se mezcla con la crisis de los misiles cubanos de 1962 que puso al mundo al borde de un conflicto nuclear, algo que le dio un condimento especial al film y al contexto en el que se mueven las protagonistas.
Sin embargo es Elle Fanning quien gracias a su trabajo genera que el espectador se pueda conectar con las emociones que vive su personaje y de esa manera disfrutar con más profundidad la película.
No tengo dudas que con otra actriz Ginger y Rosa hubiera sido otro drama adolescente olvidable.
Especialmente por el hecho que la narración de la directora Sally Potter por momentos se vuelve algo monótona si bien en términos visuales el film es excelente.
Ante tantas producciones tontas que se han hecho con estas temáticas por lo menos esta brinda un drama llevadero que se disfruta gracias al trabajo del elenco, donde se destacan también veteranos como Timothy Spall, Annette Benning y Oliver Platt.
Una buena película para tener en cuenta.