Gilda

Crítica de Flor Salto - Loco x el Cine

El 7 de septiembre de 1996, llovía. Y llovía mucho. El cielo lloraba la partida de una joven mujer que ya era Leyenda y que injustamente le fue arrancada al pueblo. Pero no sólo al de la música, porque se iba alguien que con muy poco alcanzó una grandeza aparentemente no digna de nuestro contexto terrenal. Myriam Alejandra Bianchi era para sus vecinos esa maestra jardinera de Devoto que no hacía nada diferente al resto. Sin embargo, a sus 30 años, decidió que no quería vivir más esa vida, y se presentó a un casting que daría inicio a esta historia tan corta, pero tan rica.

Gracias a Dios que Lorena Muñoz optó finalmente por dar ese paso adelante y contar con mucha justicia esta biografía que respetuosamente se inmiscuye en aspectos de la vida de Gilda que hasta hoy no conocías. Gilda, no me arrepiento de este amor, es un homenaje a ella, a todos los que la quisieron y rodearon, y especialmente a sus fans, quienes la acompañaron hasta el último minuto. El mejor logro de esta película, además de ser MUY cinematográfica, es que muestra la faceta oculta de Myriam (o Gil, como le decían aquellos que mejor la conocían). Casi todas sus canciones reflejan lo difícil que es transitar caminos para una mujer, sin embargo, supo anteponerse a muchos NO que recibió y le demostró a todos que los sueños sí se cumplen. Gilda tuvo un pasar de lo más alejado al glamour, la lujuria o el acceso fácil; lo importante en su historia no fue otra cosa que el amor. Vaya uno a saber qué era ese ángel que la caracterizaba, qué hizo que la gente creyera que era Santa… Pero todo eso no importa, porque se lo ganó con carisma y humildad, sin buscar la perfección. Natalia Oreiro logra construir al personaje más allá de esa mujer intachable a la que todos colocan en un pedestal. Porque Myriam tenía muchas debilidades, miedos e inseguridades, como cualquier ser humano. Además, los actores que la acompañan hacen todos una excelente labor, y destaco a Javier Drolas en el papel de Toti Giménez. Mención especial para Daniel Valenzuela, y por supuesto para los músicos (algunos de ellos acompañaron a Gilda en la vida real).

El género biográfico es de por sí complejo; no es nada simple contar la historia de alguien que ya no está, dejando conformes a todos. Sobre todo hay compromisos familiares y amistades que respetar, junto a un trabajo de investigación que en este caso se destaca como herramienta de la directora, quien anteriormente ya había trabajado documentando. Gilda es otro triunfo del cine argentino, lleno de elementos acertados, como por ejemplo la banda sonora. En el tiempo que dura el film, se plasma a la perfección esa carrera fugaz que tuvo la cantante. Lamentablemente conocemos su trágico e inevitable final… Pero el valor inmensurable que tiene todo ese legado que dejó a sus hijos, a sus admiradores y a la música es lo que hoy mantiene en pie a la figura inolvidable que fue, es y será; todo sirvió de inspiración para que ahora tengamos entre nosotros un imperdible de la cartelera local, a la cual ojalá le vaya de maravilla en sus giras por el resto de los países, porque al igual que Gilda, merece el éxito. Distinta al resto, valiente, frontal, osada; son todos adjetivos que describen tanto a la reina de la música tropical como a la película, y eso habla muy bien de esta nueva producción.