Ghostbusters: el legado

Crítica de Agustín Villegas - La Butaca Web

La GHOSTBUSTER es una película que revisito muy frecuentemente. Me parece una película divertida y creativa pero que no es la joya de la corona que los fans dibujan. En lo que a mí respecta, la secuela y el reboot de 2016 (‘LAS CAZAFANTASMAS’) están al mismo nivel que la primera, es más, el producto que mas disfrute de la marca son las series animadas. Ahora nos llega está continuación de la original, enmarcada dentro del neo genero de revivals de sagas clásicas que apuntan a la nostalgia (o nostalgia inducida, algún dia les hablare de ésto) del espectador, una nueva ola madre de bodrios como la trilogia de secuelas de Star Wars o la nueva 3 de TERMINATOR. Por lo general estas secuelas/remakes/spin-offs suelen errarle fiero, intentan hacer algo nuevo pero a la vez nostálgico y queda un bodrio que no entienden ni ellos, pero con GHOSTBUSTERS: AFTERLIFE se encontro un balance perfecto, pasen al consultorio y les cuento…

Dirige y coescribe Jason Reitman, el mismísimo hijo de Ivan Reitman, productor y escritor de la película que comenzo con éste fenómeno. En éste caso el hijo le hace honor al padre, haciendo la que es probablemente el revival mas completito y satisfactorio de todos los vistos hasta ahora. Se respeta a los personajes originales sin abusarse de las referencias y se le da un abrazo fuerte y emotivo al difunto Harold Raimis. La historia está contada con un ritmo muy ochentero, pero no ochentero tipo la primera, sino que ochentero en su simpleza, hasta me atrevo a decir que es la mejor película del subgenero NIÑOS EN UN PUEBLO HACIENDO LOCURAS de los últimos tiempos. Se siente la aventura y el misterio, el cual sirve para darle al universo una identidad mitologíca propia.

La historia sigue a los hermanitos Splencer (Mckenna Grace y Finn Wolfhard), nietos de Eagon, una niña genio y un intento de rebelde, quienes se mudan junto a su madre (Carrie Coon) a la antigua granja de su abuelo quien era considerado un demente por los lugareños del pueblo cercano. Los pibitos encontrarán allá su identidad sacando a relucir los genes de su abuelo.
Hago un párate en mí intento de sinopsis para mencionar que la decisión de usar a los familiares del personaje del personaje que interpretó el difunto Raimis fue la decisión PERFECTA. Ésto hizo que los guionistas usen la ausencia del actor (y ENCIMA cocreador de la franquicia junto al también actor Dan Aykroyd) como motor narrativo, generando en los personajes un misterio a resolver en base al personaje.
Sigo con la historia. En el pueblo, la nena, Phoebe Spencer, une fuerzas con su maestro de primaria, interpretado por el hilarante Paul Rudd, para investigar unos misteriosos sismos que habrían llevado a Eagon a ese lugar. En su nuevo team de niños ghostbusters tenemos a Podcast (Logan Kim) y Lucky Domingo (Celeste O’Connor), personajes que solo existen para hacer una rima narrativa y visual con los originales, ya que la película se la roba Grace con su carismática inexpresividad intencional.

Los efectos especiales son brillantes, lo mismo con la fotografía, la se amolda a los tiempos con unos planos muy bien formados que complementan un BEST OF BOTH WORLDS entre el cine ochentero pochoclo y el cine blockbuster actual. El team no es tan único como el original, pero cumplen su función y todo el viaje hasta el final boss (el cual fue una sorpresa MUY grata, hasta para mí, que no pierdo la cabeza por esta saga) se torna creíble y no es una sucesión de eventos random sin justificación (*EJEM* estarwarssieteochonueve *EJEM*).

Un defecto es que me hubiese gustado mas fantasmas caricaturescos como los de la original, hay unos pares pero en su mayoria son copy paste de los antes vistos. Se pudo haber agregado personajes creativos, como los vistos en la de 2016, sin haberse ido de la onda moderna y diferente que querían plasmar. No obstante, el producto esta tan bien encaminado que puedo perdonar ésto.

Recomendada con ganas.

Calificación 8/10