Ghost Rider: Espíritu de venganza

Crítica de Claudio Lo Iacona - Todo lo ve

Endiablado film con alma de cómic

"Nadie escapa a sus demonios". Esto es lo que cree el protagonista de esta nueva aventura que tiene muchas pinceladas de cómic. Johnny Blaze (Nicolas Cage) huye de lo imposible y, acosado por su maldición, intentará redimirse de su pasado y de su pacto con el diablo. Ghost Rider: Espíritu de Venganza

Para eso une su descontrolada fuerza con un monje de la Orden de Miguel Ángel llamado Moreau (Idris Elba) buscando proteger a una madre (Violante Placido) y su particular hijo.

Cage se sumerge nuevamente en este personaje que debe lidiar con una parte incontrolable de sí mismo. Al igual que Hulk dice: “No soy yo cuando me enojo”.

Es bueno ver al actor en un personaje hecho a su medida luego de los altibajos que tuvo en varias películas. Con buenos momentos de acción y el aporte del 3D, la cinta corre rápidamente sobre ruedas y con creatividad. Por momentos, recuerda a Mad Max y a las historietas clásicas que no se podían dejar de leer hasta el final.

Ghost Rider: Espíritu de Venganza obviamente posee un villano de turno, Blackout, interpretado por el siempre convincente Ciarán Hinds y un monje de poco fiar, como lo es El Inmortal, Christopher Lambert.

La película tiene una escena inicial, antes de los créditos con cameo de Eva Mendes y Sam Elliot. Johnny Blaze tiene sed de venganza y la saciará en estos 98 minutos, dejando la sensación de que vendrá por mucho más.