La vigilante del futuro. Ghost in the shell

Crítica de Javier Elorza - Cuatro Bastardos

La Vigilante del Futuro: Poco mas que un festín para los ojos.

La esperada adaptación del anime y el manga protagonizada por Scarlett Johansson entrega una película extremadamente atractiva visualmente con una historia suficientemente interesante para entretener de principio a fin.

En un futuro utópico, prácticamente toda la humanidad se implanta partes del cuerpo robóticas cual cirugía plástica para “automejorarse”. En la ciudad ficticia New Port City, una joven despierta en un nuevo cuerpo robótico y sin tener memoria de quién es, Hanka Robotics (la empresa que trasplantó su cerebro a este nuevo cuerpo) le informa que sufrió un accidente causado por terroristas que dejo todo el resto de su cuerpo insalvable, de aquí en mas esta especie de cyborg es utilizada por una división de seguridad del gobierno bajo el nombre “La Mayor”(Scarlett Johansson). Un año después, comenzando a sufrir desgastes que la hacen ver extraños errores en su programación y aun sin tener recuerdos verdaderos de su pasado que la hacen cuestionar si le queda humanidad, la Mayor tendrá que liderar a su división en la búsqueda de Kuze, un misterioso hacker que está eliminando empleados de alto rango de Hanka. Durante esta misión, la mayor descubrirá detalles que la obligan a cuestionar sus lealtades y decidir qué tipo de acciones la definirán.

Esta historia parece ciencia ficción de formula, y hay que reconocer que lo es en gran parte, especialmente para alguien que no vio el film animado de 1996 como quien les escribe. Pero hay que reconocerle una cualidad en las que el film excede todas las expectativas: Lo visual. Desde el diseño de producción y vestuario que hace que cualquier escena merezca ser revisitada varias veces para apreciar el cuidado con el que este mundo derrocha originalidad y fluidez, hasta el ejercito de artistas de efectos especiales, cuyo éxito es esencial en un film de este estilo, aun si la historia y sus personajes no tuvieran ningún tipo de fallas. Desde una hermosa secuencia inicial que nos muestra el proceso de creación de la mayor hasta el salto final, cada escena de el film, incluso simples diálogos entre personajes, tienen un atractivo estético que, cuando menos, mantiene la atención del espectador (en lo cual vemos la mano del director Rupert Sanders, ya que este es uno de los mejores aspectos de su película anterior, Snow White And The Huntsman).

Si bien la historia se mantiene entretenida con muy buenas escenas de acción y actuaciones que como mínimo cumplen con su cometido y tiene un par de gratas sorpresas, el ritmo de la historia es un poco desparejo, sin demasiado en juego excepto por cierta búsqueda de identidad en la cual tampoco se hace suficiente foco. Las escenas se suceden una tras la otra sin establecer un antagonista palpable, ni desarrollar en profundidad las temáticas de apropiación cultural, perdida de humanidad con el avance de la tecnología y soledad que, si bien vemos la superficie de algunas de ellas, no tienen una moraleja final que nos deje contemplando el significado de lo que acabamos de ver. Especialmente tras la controversia de poner a una actriz no-asiática en un papel que aparentemente lo requería (llamado ironicamente White-Washing), la película podría haber hecho un mejor esfuerzo en referirse a estas situaciones que, sin entrar en detalles, los espectadores que no estaban de acuerdo con el casting de Johansson estarán aun mas insatisfechos con el “White-Washing” mismo que realiza la película.

En cuanto al elenco hay tres actuaciones a destacar, en primer lugar Scarlett Johansson(Avengers) logra por sus propios medios intensificar la soledad de su personaje, e incluso tener ciertos movimientos “robóticos” que exaltan esta falta de humanidad sin caer en la caricatura. En segundo lugar la francesa Juliette Binoche (El Paciente Ingles; 1996) y su Dra. Ouélet nos traen una cercanía con La Mayor que generan algo así como una relación madre-hija que tal vez tenga el mayor condimento emocional de todo el film. Finalmente el danés Pilou Asbæk (Euron Greyjoy en Game of Thrones) es Batou, el compañero de La Mayor, y trae la mayoría de humor al film desde la ironía, ademas de ser el otro mayor pilar de la protagonista ya que durante sus conversaciones cargadas de honestidad y comprensión con la mayor ambos personajes ganan en profundidad.

En conclusión, Ghost in the Shell: La Vigilante del Futuro es una buena película de acción, con un mundo futurista creado casi a la perfección y que se ve mejor que probablemente cualquier cosa que nos quede por ver este año, aunque para quienes esperaban la profundidad, oscuridad y giros anticipada por conocidos que habían leído el manga o visto el anime, tal vez no sea todo lo que esperaban.