La vigilante del futuro. Ghost in the shell

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Uno de los proyectos que más tiempo tuvo Hollywood en bandeja en los últimos años, finalmente llega a su estreno. La adaptación del clásico oriental Ghost in the Shell tiene aciertos, pero no evita caer en todos los lugares en que suelen caer este tipo de proyectos. Kōkaku Kidōtai, tal su título original, fue un manga creado por Masamune Shirow, originalmente publicado entre 1989 y 1990, que derivó en otra serie de mangas, series de televisión de animé, OVA’s (capítulos largos, o mediometrajes animados para video), y por supuesto, la película animé de 1995, dirigida por Mamoru Oshii, que derivó en dos películas más – un spin off y una precuela –.
Una de las películas que más influenció en la llegada del animé en occidente, que junto a otras instaló una moda cyberpunk (acá tuvimos a nuestra Cybersix) y devoción por la cultura japonesa… y que, de hecho, recién logró un estreno especial en salas de nuestro país hace algunas semanas, aprovechando el estreno de la adaptación estadounidense.
A grandes rasgos, lo positivo de GITS 2017, será poder ver una adaptación de acción real de la historia que cautivó a fanáticos y cinéfilos desde la animación. Lo negativo, ese pensamiento hollywoodense de creer que el público no entiende. La Mayor Mira Killian (Scarlett Johansson) es una creación cibernética, la cual tuvo un pasado humano, pero tras un accidente, su cerebro fue trasplantado a una unidad robótica simili humana.
Es algo única en su especie. En el futuro en que se desarrolla la historia, la robótica ha avanzado a límites inimaginables, los humanos pueden remplazar partes de su cuerpo con partes robóticas, pero nada como Mira, un cuerpo totalmente robótico, con mente humana.
La Mayor trabaja como soldado para actuar frente a los criminales de alto rango, sus altas capacidades la hacen prácticamente indestructible e invulnerable. Una serie de ataques terroristas son los que ponen en peligro a las corporaciones que gobiernan este futuro, especialmente, a la propia corporación que creó a Mira. Alguien o algo está controlando la mente de quienes poseen algún trasplante robótico, o manejando los circuitos de los robots al servicio del hombre; y los utilizan para cometer graves atentados para desestabilizar el orden actual.
Cuando Mira sea conectada a uno de los robots para descubrir quién se esconde detrás de este plan, algo en ella cambiará, y comenzará a preguntarse por su propia existencia, su ser, su origen. Los que conocen la historia real, pueden notar que, con algunos cambios, el argumento original se mantiene.
Esto será así, con algunos personajes agregados que uno podría entender para alargar el metraje original que no alcanzaba la hora y media, durante el primer tramo. Luego, a la hora de comenzar con las resoluciones y agrandar la premisa, definitivamente se aparta de lo que conocíamos, y ya será cuestión de cada uno, cómo lo tomará.
Lo cierto es que, 2Ghost In The Shell: Vigilante del Futuro", puede ser una historia diferente que se inspire en el manga/animé, pero lo que sí alerta, es la necesidad de sobre explicar, subrayar, y simplificar todo. Ya sea mediante placas informativas, diálogos que cumplen funciones redundantes, o la extracción de cuestiones filosóficas para pasar a un plano más terrenal científico, esta versión estadounidense permanentemente se explica a sí misma y no tiene el vuelo espiritual original.
Visualmente es una obra de alto impacto para los estándares de Hollywood (no es necesario invertir en la copia 3D), habrá varias escenas – repetimos, sobre todo en la primera mitad – que nos trasladarán a la obra de Mamoru Oshii, aunque le huye a la oscuridad de aquel, y el tono clásico de cyberpunk ya no estará tan presente, en remplazo de tonos blancos y grises más plásticos.
No esperen la violencia ni la insinuación sexual de aquella, esto es Hollywood, y para sus estándares, es aceptable. Rupert Sanders imprime dinamismo, su trabajo es correcto, aunque algo impesonal. Scarlett Johansson intenta imitar algunos movimientos robóticos e inexpresividad emocional, aunque no siempre lo logra, quedando su labor en un medio tono, su desempeño es correcto.
Entre quienes la acompañan, Juliette Binoche pone cara de ¿dónde está mi cheque? (la misma cara que puso los pocos minutos que aparece en Godzilla), Batou es el personaje que más se parece a su origen en la piel de Pilou Asbæk; y es un placer ver a Takeshi Kitano interpretar a Aramaki. Después de todo, esta no es una propuesta para bucear en grandes interpretaciones.
Gosth In The Shell: Vigilante del Futuro probablemente deje más satisfechos a quienes no conozcan la obra original, y estén interesados en una obra de ciencia ficción tradicional con algún planteo más allá. Para los seguidores, hay guiños, podemos escuchar recién en los créditos finales el soundtrack coral de Kenji Kawai, y alguno de los cambios nos pueden parecer interesantes. Pero ni el clima ni la profundidad que nos conquistó están acá.