Gauchito Gil

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

En Corrientes, en la época de la guerra de la Triple Alianza, de la peste amarilla y de disputas armadas entre gauchos desertores y paisanos dispuestos a la lucha sin cuartel se destacó Antonio Mamerto Gil Núñez quien, desde su juventud, necesitó enfrentarse a las injusticias sociales y a la ley establecida por los militares. Este hombre solitario y siempre dispuesto a tender su mano a los necesitados vuelve de esa guerra en la que la Argentina, Brasil y Uruguay se enfrentaron al pueblo paraguayo y lo hace con el deseo de asentarse en sus pagos de Mercedes, pero la violencia vuelve a llamar a su puerta. Bautizado "Gauchito" Gil por quienes lo consideran un cálido sanador de niños y de mujeres, este hombre de honda ternura se convierte en un perseguido por el Estado, quienes ven en él a un peligroso enemigo.

El paso de los años prosigue manteniendo vigente a ese gaucho ya convertido en leyenda y foco de la devoción popular, y con indudable emotividad el novel director Fernando del Castillo retrata a su personaje y a su entorno hasta convertirlos en un canto de amor, de amistad, de injusticia y, sobre todo, de libertad. Para ello contó con la muy buena actuación de Claudio Da Passano y con un equipo técnico que supo reinventar los variados y tristes escenarios por los que ese gauchito Gil transitó con sus poéticos sueños y sus duras realidades a cuesta.