Gaturro

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Si bien esta animación digital resignifica el personaje original de Nik, se trata del mejor trabajo del género realizado hasta la fecha en la Argentina. Está claro que nos referimos a films de orientación infantil, porque han existido algunos trabajos atrayentes dirigidos a público adulto realizados con técnicas mixtas, como Cóndor Crux, Martín Fierro y la excelente Boogie el aceitoso, seguramente la mejor obra nacional en este campo. Precisamente este film pertenece al mismo director de Gaturro, la película, Gustavo Cova, quien aquí redobla la apuesta en el aspecto visual y expresivo, ya que en Boogie había logrado una estética personal, potente, y a la vez sumamente fiel al personaje original de Fontanarrosa. En este caso se supera en algunos aspectos y no tanto en otros, pero la traslación a la pantalla grande de este felino doméstico tan popular es inmejorable técnicamente, de un óptimo nivel internacional. Precisamente en este punto hay que decir que la
historia un Gaturro empecinado en conquistar a la gata de sus sueños, que se convierte en estrella de TV, y esa fama se le vuelve en contra, contiene –con el objeto de la comercialización del producto- un exceso de “neutralidad” en el lenguaje, la ambientación (demasiados carteles en inglés o spanglish) y en las características de los personajes humanos. También los admiradores del Gaturro original pueden no sentirse satisfechos, pero hay que tener en cuenta que Gaturro, la película está concebida en especial para niños pequeños. De todos modos nada desmerece una fenomenal y muy divertida realización, con acertados trabajos de voces, buenas canciones y algunos gags, situaciones y personajes (como el ratón Rat Pit) sumamente disfrutables.