Gabi on the Roof in July

Crítica de Javier Mattio - La Voz del Interior

Los hermanos sean unidos

Ejemplar tardío pero no por eso menos representativo de la tendencia mumblecore (bajos presupuestos, actores amateur, estética naturalista), entre cuyos filmes recientes se cuentan Bummer summer o The pleasure of being robbed, Gabi on the roof in july supone un filme destacable por su incomodidad dramática y a la vez subterránea.

Uno que se cuela desde el principio en ese departamento neoyorquino en el que transcurre buena parte de la película, en simultáneo a la llegada de Gabi (Sophia Takal) después de que su hermano mayor Sam (Lawrence Michael Levine, a su vez director de la cinta) no la fuera a buscar como había prometido. Será ese desencuentro inicial el aviso de que el filme irá por dos carriles generacionales y protagónicos, uno que retrata al treintañero Sam y su carrera artística igual de errática que sus relaciones amorosas, y el otro que se centra en la veinteañera Gabi y sus vaivenes emocionales.

Querible e irritante por igual, Gabi pondrá la vida de su hermano patas para arriba con sus teorías “situacionistas” (ella también es artista, pero se opone al arte “burgués” de galerías), su conducta desinhibida (no teme desnudarse ante la pandilla que frecuenta el departamento) y sus coqueteos con Garrett (Louis Cancelmi), una especie de Don Juan indie con el que perderá la virginidad; conducta indomable que Sam padecerá entre la risa superada y el espanto del hermano mayor que tiene que salir a apagar el fuego.

Y todo eso mientras él mismo sufre una crisis de pareja cuando la aparición de su ex, Chelsea (Amy Seimetz), ahuyente a su actual novia, Madeline (Brooke Bloom), conflicto a dos puntas que lo hace desatender a su inquieta hermana.

En la segunda mitad del filme, los problemas recrudecen cuando Madeline estalla en desesperación por el abandono de Sam, en el sexo un tanto sádico que Gabi le exige a un amante esporádico y que obligará a Sam a una confrontación “masculina”, y en el destino de Caroly, la mascota de Gabi (un hámster). Oportunos toques de oscuridad de una película en apariencia ligera o casual: ese in crescendo impredecible es su virtud.

Por otra parte, Gabi on the roof in july no agrega mucho a su linaje y por momentos se pierde en cierto aire de sitcom juvenil (hay un cameo de Lena “Girls” Dunham al principio) que disipa la intensidad.