Furia de titanes 2

Crítica de Jorge Carlos Álvarez - La Gaceta

Una vuelta por la mitología griega en 3D

Es un muestrario de pasajes de la vida del semidiós Perseo, retirado de la acción por una década, que un día debe empuñar su espada para convertirse en el implacable guerrero capaz de derrotar a las fuerzas del inframundo que amenazan con destruir todo lo conocido.

Elija dónde tomar asiento. Pronto la pantalla se convertirá un videojuego gigante. No busque palancas ni controles, porque no las hay. Colóquese los anteojos 3D porque el director Jonathan Liebesman será su guía en esta historia vertiginosa de ciencia ficción, acción y aventuras en superlativo festín de imágenes. Deberá estar atento para esquivar las rocas, el fuego y el vuelo de Pegaso que se acercarán a usted saliendo de la pantalla mientras sigue los pasos del bueno de Perseo y sus atribulados parientes. La mitología griega es tomada prestada para ser exhibida a un público veinteañero -al que va dirigida la película- siempre ávido de aventuras en 3D, y sin mayores exigencias ni planteamientos a la hora de analizar su contenido. Y cumple su cometido. El Perseo a cargo de Sam Worthington es un semidiós viudo y díscolo que ha decidido vivir de la pesca junto a su hijo sin recurrir a los favores de su padre (Zeus, encarnado por Liam Neeson). Perseo intuye que algún día deberá volver a calzarse el traje de héroe. Su entrada en acción se produce a partir de los graves sucesos que ocurren en el Tártaro y la fuga de monstruos que incluye a Cronos, padre de Zeus. De esa manera decide enfrentar a su destino y a su peculiar familia, compuesta por dioses y por semidioses un tanto disfuncionales. Conmovido por los problemas de su progenitor y de su tío Poseidón (Danny Huston), atacados por los malvados Hades (Ralph Fiennes) y por Ares (Edgar Ramírez), Perseo irá a su rescate montado en su corcel alado. En sus aventuras se cruzará con la reina Andrómeda (Rosemund Pike); ella trata de frenar el avance de los escapados del inframundo con su primo Agenor (Toby Kebbell). Hay una sucesión de peleas, traiciones y un romance. De todo Perseo sale indemne. Un presupuesto millonario, la tecnología 3D y un puñado de excelentes actores logran mantener a flote a una película con un guión tan endeble que roza, por momentos, el absurdo.