Fuerza antigangster

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Un buen entretenimiento que daba para mas que ser solo eso.

…Y llego el día, nomas. En los viejos albores de Mayo pasado, un tráiler me voló la peluca como ningún otro. Yo, el que nunca publica un tráiler ni de casualidad, hice una excepción con este título porque prometía: Un excelente ensamble de actores, tiros y cosha golda en la Los Ángeles de los ’40., una estética visual impecable. En definitiva: Una Los Intocables con la estética de Los Ángeles al Desnudo. Tristemente el resultado final es una película que si bien alcanza el nivel estético de esas dos películas, olvida ––y hasta trivializa–– lo que verdaderamente las hizo grandes.

¿De que la va?

Mickey Cohen (Sean Penn) es un mafioso que tiene a la ciudad de Los Ángeles a su merced. Un imperio de Prostitutas, Juegos Ilegales y Drogas que sostiene gracias a la compra de varios jueces, concejales y policías. Para poner un alto a este maleante, el Jefe de la Policía Bill Parker (Nick Nolte) le pide al Sargento John O’Mara (Josh Brolin) que conforme un escuadrón para desbaratar los negocios ilegales de Cohen, ya que matarlo o arrestarlo solo dejaría un sitio vacante para que otra escoria como él tome su lugar.

¿Cómo está en el papel?

Stephen J. Cannell, creador de la serie Brigada A, dijo una vez: “La estructura es lo que te hace seguir la historia. Los personajes es lo que te hace amarla.” Esta frase es crucial para entender la principal falla que tiene Gangster Squad.

La película está excelentemente estructurada, los puntos de giro se activan cual mecanismo de relojería; las escenas de acción están no solo muy bien armadas sino muy bien pensadas en lo estratégico. Pero ¿Por qué siento que a esta espectacular montaña rusa le está faltando algo; algo que a una película “Basada en Hechos Reales” no le puede faltar jamás? Esa “alma” que hace que al espectador le importe lo que le sucedan a estos personajes. La película carece completamente de eso; al espectador le da igual lo que les pase. Ese es el serio problema que le impide a este título sobresalir más allá de sus virtudes visuales y actorales. Profundicemos en este aspecto.

El Personaje de Josh Brolin es el que más o menos tiene el personaje más armado de la peli por el simple y sencillo hecho de ser el protagonista. Su motivación para hacer lo que hace no es vendida del todo, pero lo es lo suficiente para seguir el viaje que ofrece la película.

El Personaje de Ryan Gosling, el otro protagónico, el deuteragonista si se quiere, es un ladies man que también presenta una motivación que al espectador le cuesta tragar, pero que también la compra solo por el sencillo hecho de que su personaje es solo un rostro bonito para el cual combinar con el personaje de Emma Stone.

El personaje de Emma Stone está prácticamente de adorno, es solamente “la chica de la película” y nada más que eso. No tiene una motivación y cuando la tiene parece muy metida con calzador. Un personaje cuya existencia queda tan colgada en el aire, que la revitalizan a los ponchazos al cierre del segundo acto por el simple y sencillo hecho de que no podían dejar inconcluso el arco de su personaje.

El personaje de Giovanni Ribisi es el compás moral de este grupo. El que siempre cuestiona si el fin justifica los medios. En vez de ser constante, surge solamente dos veces en toda la película y las dos veces genera la misma sensación que el desarrollo personaje de Emma Stone.

El personaje de Robert Patrick, uno de los mejores de la peli, es reducido a un par de frases filosóficas de vaquero y a hacer despliegue de sus habilidades con el revólver. Los otros son sencillamente estereotipos; ni más ni menos que eso.

El villano que compone Sean Penn es tratado solo superficialmente. Es un matón malhablado y ambicioso. Pero su villanía esta mas demostrada en los gráficos asesinatos que lleva a cabo más que las acciones y pensamientos de su personaje en sí.

Ahondemos ahora en otro punto flaco de la cuestión que es el “triángulo amoroso” que hay entre los personajes de Gosling, Stone y Penn o directamente la “subtrama amorosa” que hay entre los dos primeros que es lo mismo; lo que quiero decir es que ambos conceptos son presentados pero jamás desarrollados. En cualquier otra película liarse con la mujer de un mafioso es una situación de peligro constante aun siendo un oficial de la ley, pero de la cual no pueden zafar porque están demasiado involucrados el uno con el otro. Su “historia de amor” no se siente; después de una introducción que no tiene nada que envidiarle a una película de los años 40, los vemos tres veces juntos: En la cama, en la casa Mickey Cohen y en el departamento del personaje de Gosling. Estas tres escenas son de muy corta duración y no ahondan o muestran nada concreto por lo cual uno se “enamora” del otro.

Pero la prueba cabal de lo antes mencionado es cuando Cohen está viendo con sus secuaces una película de cuando era boxeador y le profiere sutil y subtextualmente una amenaza al personaje de Emma Stone. Sabemos lo que quiso decir, sabemos su intención, pero no sentimos la maldad de la amenaza.

El único personaje que está desarrollado como la gente es el de la mujer del personaje de Josh Brolin. Es el único personaje que tiene un objetivo concreto y un desarrollo concreto, y oh, sorpresa, cuando está en peligro, al espectador le afecta; cosa que jamás pasa con ninguno de los otros personajes.

¿Cómo está en la pantalla?

Estéticamente no se le puede reprochar nada a esta película, la fotografía es excelente; una iluminación prodigiosa apoyada por una cámara que a menudo hace énfasis en las altas velocidades, una dirección de arte es impecable y detallada in extremis. Hay momentos de violencia que son dignos de la más explícita novela gráfica.

Las actuaciones son fenomenales, desde el primer hasta el último actor; uno ve tanto talento que da lástima que lo hayan puesto al servicio de unos personajes tan, pero tan, chatos. A base de carisma, dejan su nivel actoral bien alto, justificando así el pago del boleto. Por esto, me refiero a todos; desde el Oscarizado Penn pasando por los potables Brolin y Gosling, hasta los otros miembros del reparto. Emma Stone, una actriz que ha demostrado que es algo más que un rostro bonito, es desperdiciada y reducida a un cliché que no necesitaba de un talento ––ampliamente demostrado en otros títulos; Easy A en particular–– como el suyo; cualquier modelito en su lugar hubiera hecho la misma faena y no se hubiera notado la diferencia.

Párrafo aparte merecen dos actores: Mireille Enos, por su interpretación de la mujer del personaje de Brolin; no solo encara el personaje con mucha emoción y credibilidad, sino que su química con Brolin y una brevísima ––pero potente–– escena con Gosling están entre lo más alto de la película a nivel interpretativo. Por otro lado, Robert Patrick, nuestro querido T1000, que con su Max Kennard, finalmente logra ser algo más que el asesino de metal liquido; le imprime a su personaje un carisma y una actitud con las que el espectador se encariña; al punto que uno se queda con las ganas que le hayan dado más desarrollo a su personaje; obviamente le ladramos al árbol equivocado.

Conclusión

El tráiler prometió una película de acción y eso fue lo que entrego; ni más ni menos, y si ese fuera su propósito el resultado sería distinto. Pero con este reparto al frente, no engrupen a nadie; querían ser los nuevos Intocables y la joda les salió mal. Lo que ignoraron los realizadores, que lo que hizo grande a esa película, aparte de un desarrollo satisfactorio de los personajes, fue el debate entre seguir las reglas y torcerlas para poder salvar vidas. Un debate que acá se plantea muy superficialmente y se abarca del mismo modo y a lo bruto.

Pero, a pesar de todo, lo que si logra como entretenimiento no puede ser ignorado. Es una de esas películas que si sos un espectador exigente, te va a parecer horrible. Pero si te concientizas que vas a entrar a ver dos horas de tiroteos sin límite y nada más que eso, probablemente la pases de lo lindo y si ese es el caso, te recomiendo ampliamente Gangster Squad. Lo que es cierto, en cualquiera sea el bando al que pertenezcas, lector, esta es una película que olvidaras ni bien comiencen los créditos finales. Un potencial que se echa a perder por no poner un poquito más de tiempo y presupuesto en unas resmas de papel carta.