Fuera de juego

Crítica de Regina Fallangi - Cine & Medios

Mejor juguemos a otra cosa

“Fuera de Juego” es una comedia liviana, que apela a tópicos atractivos como fútbol, diálogos graciosos, y un poco de romanticismo para darle profundidad al asunto. Diego (Diego Peretti) es un médico argentino, que debido a traumas infantiles odia el fútbol, y Javi (Fernando Tejero) es un español representante de jugadores de tercera, y futbolista frustrado. En este caso, el chanta es el español, uno de los pocos lugares comunes donde no cae la película.
La cuestión es que ambos, por cosas del destino, terminan convirtiéndose en managers de una joven promesa del fútbol, Gustavo Cesar (Chino Darín), que llega a España con la esperanza de jugar en el Real Madrid.
Como ya sabemos, el ambiente esta plagado de tiburones que pretenden vivir de los jugosos contratos de los jugadores. En ese contexto ambos protagonistas, con escasos recursos pero bastante iniciativa, utilizarán todo su ingenio y atravesarán toda clase de obstáculos para que el joven crack pueda firmar con el Real Madrid, y asi conseguir un generoso porcentaje en Euros.
Las peripecias de ambos no logran ser suficientemente graciosas, y tampoco los detallados diálogos; hay varios guiños sobre el mundo futbolístico, que incluyen cameos de varios jugadores, pero nada de esto logra que la película resulte interesante.
Ambos protagonistas son buenos actores, pero no realizaron un trabajo destacable en esta ocasión, la química entre ellos no funciona del todo y da la sensación de que las cosas nunca terminán de arrancar.
Los personajes femeninos (Carolina Peleritti y Laura Pamplona) están correctos, pero siguiendo con la temática de la película nunca logran salir del banco de suplentes, y Chino Darín es un tanto inexpresivo. Hay una pequeña participación de Darín padre al comienzo de la película que es lo más destacable en cuanto a la labor de los actores.
Más allá de una correcta y prolija producción, la película cae en varios estereotipos y obviedades. Como comedia, solo cumple con ser graciosa, y la subtrama romántica tampoco es suficiente para lograr una historia atractiva.