Frozen, una aventura congelada

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Ya en franca y directa competencia creativa con Pixar, los estudios Disney presentan su tercer film de animación digital propio, luego de las atrayentes Enredados y Ralph El Demoledor. En verdad sólo Ralph se puede calificar como “pìxariano”, ya que Enredados, basado en la historia de Rapunzel y su larga cabellera y esta nueva producción, se acercan más a la impronta de los clásicos tradicionales de Disney, con jóvenes princesas en apuros, galanes principescos, castillos y realezas. Pero enmarcados por un notorio aggiornamiento, como lo demuestra claramente Frozen: una aventura congelada, aventura en 3D repleta de alternativas, personajes, sorpresas y un aspecto visual que brinda desafíos expresivos a cada escena, entre paisajes helados y situaciones vividas a bajo cero. Llevada adelante por Chris Buck, co director de un clásico de los estudios como Tarzán, y por Jennifer Lee, co guionista de la mencionada y creativa Ralph, Frozen cuenta con una trama dinámica y con variadas ramificaciones, a través de esa temeraria adolescente heredera que sale en febril búsqueda de una hermana reina dotada de extraños poderes freezantes. La ayudarán un enamoradizo alpinista, su entusiasta reno y otros divertidos seres, como el muñeco de nieve Olaf y los gnomos-roca trols. La trama irá desembocando en un fuerte momento emotivo, como para redondear un nuevo y formidable producto de una marca legendaria.