Freaky: este cuerpo está para matar

Crítica de Patricio Ferro - CineFreaks

Intercambio mortal.

Freaky: este cuerpo está para matar es una película que fusiona el terror con la comedia para contar la historia de un asesino serial, interpretado por Vince Vaughn, que intercambia su cuerpo por el de una adolescente, Kathryn Newton, en el momento en que está por matarla. Escrita y dirigida por Christopher Landon, completan el elenco Celeste O’Connor, Misha Osherovich y Uriah Shelton, entre otros.

La película da un giro novedoso al subgénero de terror llamado slasher, al hacer que el asesino y la victima intercambien sus cuerpos por medio de un cuchillo que cumple la función de McGuffin, dando lugar así a la comedia. Lo que genera un mayor peligro entre sus compañeros de colegio, que le hacen bullying desconociendo lo que ocurre y pagando las consecuencias con sus vidas.

Lo primero que vale la pena destacar de esta película es que aprovecha la verosimilitud de Vince Vaughn, tanto para el drama como para la comedia. Tiene el físico ideal para componer a un asesino en serie y a su vez una larga trayectoria en papeles cómicos, que puede apreciarse en algunos momentos felices cuando baila como porrista para ser reconocido por sus amigos. Pero lamentablemente el guion no aprovecha todo el potencial que le permite explotar esta idea, que pudo haber tenido muchos más gags efectivos dadas las circunstancias del relato.

Aunque también es necesario destacar la explicitud de las escenas de violencia, con asesinatos rebuscados, que recuerdan a los de la saga de Destino final, entre los que se destacan un congelamiento y un personaje al que se lo corta en dos con una sierra de carpintero. A lo que hay que sumarle la estética ochentosa como homenaje al cine de terror de aquella época, en especial la saga de Martes 13 que tantos clásicos aportó.

En conclusión, Freaky: este cuerpo está para matar es una película que le da una vuelta de tuerca interesante al slasher, pero que no termina de funcionar porque no aprovecha del todo su potencial. Y si bien se agradecen algunos momentos gratos, tanto humorísticos como de violencia gore, queda la sensación de que se pudo haber trabajado más la idea, hasta convertirla en uno de los mejores exponentes del género de la actualidad.