Francotirador

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Hace ya cierto tiempo que la oferta de grandes tanques a rasgos generales se ha dividido entre adaptaciones de libros exitosos, remakes e historias reales. American Sniper es el retorno de Clint Eastwood a la temporada de premios y no podía ser menos: esta es una adaptación de una novela basada en hechos reales.
El Francotirador cuenta la historia de Chris Kyle, un vaquero de rodeo que ya creció con un fuerte sentido de la responsabilidad en cuanto a defensa de su hermano menor y de imponerse. Pero Chris es un cowboy rudo y aparentemente egoísta que no puede terminar de mirar a quien está al costado por un falso sentido del deber por sobre el resto. Este hombre se convierte en una leyenda por su efectividad con el rifle en Irak, matando a más de 160 personas en 1000 días.
La película, de poco más de dos horas, se centra en esta ambigüedad del personaje en donde la guerra se lucha tanto en su cabeza como en el campo y donde deja a una familia atrás con la que no puede relacionarse. Lo interesante de Clint como director son tanto sus particularidades en cada cinta (en este caso el uso de primerísimos primeros planos, con poco aire, asfixiando al personaje) como sus espacios recurrentes: sigue siendo un maestro de cómo filmar con claroscuros y de noche y del uso recurrente de atrezzos (objetos que en su repetición simbolizan una motivación del personaje reforzando a quien vemos en pantalla). Un ritmo que por momentos decae pero que sobre todo en el inicio y en el final funcionan muy bien. No subestima al espectador y no le da más información o morbo del que necesita.
Bradley Cooper, a quien todos acusamos de colarse entre los nominados y de robarle el espacio a Jake Gyllenhaal, está realmente impecable. No soy su fan, pero puede manejar los matices como hace tiempo no veía, no está exagerado ni va a los lugares comunes. Y puede representar el carisma de Kyle sin esfuerzo. Sienna Miller, una de las mujeres más hermosas sobre la faz de la Tierra, está correcta en su rol de la mujer que siempre espera a que él vuelva. No sé si podía pedírsele más pero la verdad es que la olvidé apenas termina el film y eso nunca puede ser del todo bueno. Como siempre, tiene una respetable batería de secundarios que cumplen de una manera más que correcta, pero sobre todo para que destaque él.
El guión peca un poco de clásico, donde podemos delimitar exactamente la fórmula: a los 30 minutos el primer punto de quiebre, el personaje que no cambia en esencia porque está maravillosamente delimitado desde el primer momento, todo lo que se imaginan. Pero es un trabajo prolijo, sin agujeros y que en manos de Clint se convierte en algo más que del montón. Para aquellos que se la toman demasiado enserio, con toda la carga ideológica de un soldado americano a quien pintan como leyenda, pero sabemos qué vemos cuando vemos un film de este estilo.
El resultado final es una buena película. Te extrañaba mucho, Clint.